Diario de Mallorca

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Tertulias televisivas, radiofónicas. Tertulia, término cuyo origen está en Quinto Séptimo Florenso (160-245 d.C.), orador eclesiástico que gozaba de gran reconocimiento por su retórica y elocuencia, mejor que la de Marco Tulio Cicerón -"ter Tulio"-, tres veces mejor. Tertulia podría definirse como reunión o cenáculo de literatos y otros cultos que se encuentran para mantener una interesante y dignificante conversación?, no siempre es así. La otra noche al conversar, los tertulianos, sobre el quilombo catalán y proponer, algún habitual, efugios y arreglos para los líderes hoy enjuiciados -por haber organizado la rebelión institucional, sedición, que tantos problemas está causando a la economía catalana-, se refirieron a la posibilidad de conceder inmunidad o impunidad a Puigdemont, Junqueras, los jordis, etc., como lenitivo facilitador de una solución negociada al conflicto, rebajar la tensión y volver a la normalidad cívica y política. Se utilizaron ambos términos, impunidad e inmunidad, indistintamente, como si se tratase de lo mismo. No es intención de este artículo valorar esta idea, aunque sí es conveniente dejar sentado que el propósito de la ley es, siempre, establecer un orden común, sin el cual sería imposible la convivencia.

Hablar de impunidad e inmunidad como si fueran sinónimos es un error importante. Impunidad, de latín impunitas - in, significa no y, punire, castigar- encarna falta de castigo, sanción, punición, condena, en el caso de que alguien haya cometido una falta o delito. Es decir, que si hubiese transgredido la ley, el infringimiento quedaría sin sanción, resultaría impune. La impunidad debe de entenderse como un fallo de la justicia, y de la sociedad, que genera inseguridad y desprotección a los ciudadanos. Si hay impunidad se abre la posibilidad de que se pueda actuar fuera de la ley "impunemente". Si se impusiera la impunidad, valga la cacofonía, se podrían producir graves problemas de orden social, incluso violencia. Sería un premio a la infracción de la ley, induciría a su repetición y generalización. La impunidad propicia abonar el campo de la ilegalidad, el desconcierto, la prima del delito y, en consecuencia, el sinónimo que se debería ajustar al término sería injusticia.

Inmunidad, del latín inmunitas - im y, munis-, significa exención y proviene del adjetivo "inmune" y del sufijo abstracto "idad", indica cualidad que otorga protección ante incursión en responsabilidades que se concede a ciertas personas cuando realizan actos ilícitos. En términos jurídicos, la condición de inmune exime a las individuos que gozan de ella del procedimiento legal previsto para cualquier ciudadano que infrinja las normas. Existe inmunidad diplomática, parlamentaria, de la jefatura del Estado. La inmunidad jurídica perjudica la confianza en las instituciones. La última encuesta de "confianza social" de Esade cifra el crédito de la ciudadanía en las instituciones políticas españolas en 54 puntos de un total de 200. El balance es muy crítico y pesimista en cuanto al futuro político, sobre los dirigentes públicos y sobre el sistema institucional. La inmunidad ayuda poco a mejorar esta percepción. Por ello no parece recomendable aplicarla ni a algunos políticos catalanes, ni en ningún caso

Se podían referir aquellos contertulios, tal vez, a la inmunidad en sentido biológico o en medicina, como cierta resistencia natural o adquirida frente a la acción patógena de microorganismos, que permite al individuo no ser atacable por ciertas enfermedades. Si se les deseaba a aquellos señores que han organizado la barahunda, ese tipo de inmunidad no habría nada que objetar, pues en Bélgica hace bastante frío y supongo que en Estremera no se debe de estar muy confortable. Impunidad e inmunidad no son sinónimas y ni una ni otra parece oportuna su aplicación.

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