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Joaquín Rábago

360 grados

Joaquín Rábago

Europa, ¡así, no!

¿Hay que sorprenderse de las revelaciones de los llamados "papeles del Paraíso" o las anteriores de los "papeles de Panamá" a la vista de quienes llevan la voz cantante en la UE?

¿No es el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, el mismo político luxemburgués que, al frente del Gobierno de su país, llegó a acuerdos secretos de trato de favor fiscal con diversas empresas extranjeras?

¿Y qué decir del actual presidente del Eurogrupo, el socialista Jeroen Dijsselbloem, que fue ministro de Finanzas de Holanda, país a cuyas ventajas fiscales se han acogido multinacionales estadounidenses como Nike?

Los paraísos fiscales no hay que buscarlos tan sólo en las cálidas islas del Caribe o en un par de Estados norteamericanos, sino que están también en Europa.

Por ejemplo, en territorios como la isla de Man o las islas del Canal Guernsey y Jersey, pertenecientes a la corona de Inglaterra, o la isla de Malta, a la que su condición de paraíso fiscal no impidió ocupar el primer semestre de este año la presidencia de la UE.

¿Y no han servido también Irlanda y, en el otro extremo de Europa, Chipre para esos objetivos de evasión o elusión fiscal, tan poco solidarios con el resto de los socios?

Como señal al Süddeutsche Zeitung el ex fiscal general de Ginebra Bernard Bertossa, "el verdadero escándalo es que todo lo que sucede es legal. Hay absurdos privilegios que les están reservados sólo a los ricos".

Y la respuesta es siempre, por desgracia, la misma: "Si no les concedemos esas ventajas, como el dinero no conoce fronteras, se irán con él a otra parte".

Pero si no hay un tipo de imposición mínima para las empresas en el conjunto de la UE, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo con el tabaco, es por la oposición de algún socio comunitario como Malta.

Del mismo modo que Holanda y el Reino Unido se han opuesto a la elaboración de una lista con las empresas y personas que se benefician de esos tratos de favor fiscales.

O que Estados Unidos y Japón han impedido hasta ahora una mayor transparencia en lo referente al pago de impuestos por las multinacionales donde venden sus productos o servicios.

Las leyes fiscales norteamericanas permiten a sus empresas domiciliar en el extranjero, mediante la creación de filiales, sus derechos de propiedad intelectual: patentes o licencias.

Lo que ocurre en Europa es "intolerable" en opinión de alguien tan poco sospechoso de izquierdismo como el vicepresidente del Partido Liberal alemán, Wolfgang Kubicki.

"Los propios Estados tienen una parte de responsabilidad en lo que sucede. Y lo peor es que esto no ocurre en Bermudas o las islas Caimán, sino directamente a nuestras puertas", afirma Kubicki.

Para el dirigente liberal, "no es de recibo que algunos países de la Unión Europea se enriquezcan a costa de sus socios".

¿Y luego nos sorprendemos y aun escandalizamos por el crecimiento de la desafección política y el auge del populismo en toda Europa?

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