Ya no es una simple sospecha, ni el asunto puede ser cargado al capítulo del exotismo receloso de los miedos infundados: el aparato de propaganda del Kremlin, que se destapó internacionalmente durante la última campaña electoral americana y actuó descaradamente en favor de Trump mediante una intolerable manipulación de la realidad, está actuando también en Europa y ha comenzado una vasta campaña de intoxicación en Cataluña. El Equipo East Stratcom Task Force, creado en 2015 y dependiente del alto comisionado de Política Exterior Europea ha detectado una creciente injerencia rusa en el conflicto catalán. La técnica utilizada por los estrategas del Kremlin es la desinformación y la manipulación para inflamar todavía más el desencuentro. Se trata de incrementar la confrontación mediante personajes ficticios que cobran encarnadura en las redes sociales y en algunos periódicos digitales que difunden informaciones falsas, acusaciones infundadas, mentiras disolventes y perturbadoras. El periodista David Alandete ha citado algunas de ellas: "El español ya se enseña como idioma extranjero en Cataluña" (Vesti.ru); "Las Baleares se suman a la petición de independencia de España" (Sputnik)?
Es de suponer que el espionaje español está también trabajando en este asunto, pero ni el CNI ni el Gobierno ha salido a denunciar con contundencia esta injerencia intolerable. Conviene sin embargo prestar mucha atención a la obra de estos desalmados que buscan, en un marco de impunidad, la destrucción de nuestra convivencia.