Han pasado diez años desde que se publicó el primer número del anuario del envejecimiento de las Balears. Los años hubieran pasado igual aunque no se hubiera publicado, sin embargo, quienes hemos contribuido a hacerlo pensamos que ha valido la pena. De hecho, si tengo que hacer un resumen de esta década digo lo mismo que decía el poeta turco Naim Hikmet en una parte de su poema, El más bello de los mares: "?Nuestros días más hermosos aún no los hemos vivido. Y lo mejor de todo aquello que tengo que decirte todavía no lo he dicho". Un alegato a la vida que hay que vivir cada día, con alegría, con pasión y sin miedo al futuro ni a la muerte.

A lo largo de este decenio hemos querido hacer visible la realidad sociodemográfíca del envejecimiento en Balears y particularizar su pretendida homogeneidad. Este ha sido el contexto en el que se han generado las sinergias entre el ámbito académico y el profesional. Una tarea colectiva a la que han contribuido cerca de trescientos profesionales y expertos de diversas áreas del conocimiento y del saber relacionadas con la educación, la salud, la economía, el derecho, la psicología, la sociología y tantas otras áreas y subáreas del conocimiento teórico y de la praxis profesional, que han ayudado a visibilizar y conocer mejor a este colectivo, en cerca de doscientas aportaciones. Sin querer ser pretenciosos, la publicación ha contribuido al desarrollo informativo y al aumento de la investigación en el colectivo de personas mayores.

Ha sido durante este proceso cuando han ido surgiendo nuevas temáticas que han sido objeto de mayor interés, tanto por los profesionales, como por las mismas personas mayores. Sin ánimo de exhaustividad, es el caso de las diferencias de género en el envejecimiento, la soledad de las personas mayores que viven solas, el sistema de pensiones, la dependencia y la atención sociosanitaria, la discapacidad, el conocimiento y reconocimiento de la sexualidad, la participación social, la importancia del aprendizaje permanente y su relación con la calidad de vida o la vulnerabilidad por razones de salud, situación económica, grupo cultural de pertenencia, orientación sexual o condición social. Efectivamente, ahora sabemos más de las personas adultas mayores de Balears, o sea, de nosotros, de esos y aquellos que mediante las acciones de la vida diaria elegimos el curso de nuestro envejecimiento.

Con todo, y tal como hemos aprendido a lo largo de estos años, el envejecimiento es una construcción personal además de cultural, ideológica, política, económica, médica y social que da forma a las creencias personales y colectivas; que dota de contenido o no al curriculum formativo de los profesionales, que orienta las actitudes, las responsabilidades y los cuidados; que dota los presupuestos y los servicios y que habla de la forma en la que un país trata a sus ciudadanos en situaciones de vulnerabilidad oculta o manifiesta. A finales de este mes de noviembre celebraremos el décimo aniversario del anuario del envejecimiento. Esperamos hacerlo con vosotros.

* Catedrática de Universidad en UIB