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La sociedad civil y los partidos

La ya famosa carta de Puigdemont del lunes reprendía a Mariano Rajoy porque el mismo lunes, 16, estaban citado como imputados en la Audiencia Nacional "dos de los líderes de la sociedad civil catalana que han impulsado las manifestaciones pacíficas de millones de personas desde el año 2010", que finalmente fueron encarcelados. En realidad, Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana son organizaciones distintas; aquella fue creada en 1961para impulsar en plena dictadura los contenidos culturales del catalanismo; esta se constituyó formalmente en 2012 para conseguir la independencia de Cataluña. De cualquier modo, ambas han trabajado durante el 'procés' por este objetivo, sobre todo mediante la movilización de masas.

El concepto de sociedad civil es muy complejo y ha sido objeto de estudio por la sociología política desde hace muchas décadas. Pero sigue siendo válida la tesis de Tocqueville que liga la existencia de la sociedad civil a la democracia y piensa que aquella está constituida por el conjunto de organizaciones e instituciones cívicas voluntarias y sociales que actúan como mediadores entre los individuos y el Estado. Tales instituciones formarían un tejido que constituiría la opinión pública y desarrollaría su influencia a través de la correspondiente presión social.

Conviene señalar sin embargo que, aunque la consistencia de la sociedad civil sea clave de la solidez del sistema democrático, son los partidos las organizaciones que "expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política". Este aserto, que proviene de nuestra Constitución, es común a todas las democracias parlamentarias. Y quienes están al frente de la autonomía catalana no deberían olvidarlo.

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