Aunque Rajoy no sea hombre que se distinga por su claridad, está en su derecho a pedir a Puigdemont que se aclare. Pero no sólo es Puigdemont el que debe aclararse. La llamada izquierda radical está poniendo ahora en su punto de mira al que llama "régimen de 1978". Bien, en este billete se ha clamado, ya desde tiempos casi remotos, por la reforma a fondo de la Constitución, pero en su esencia el régimen de 1978 es la democracia, más concretamente la democracia representativa, es decir, la única hasta ahora conocida. O sea, el objetivo de la reforma, para los demócratas, no puede ser otro que lograr que la democracia se renueve, funcione mejor y dé cabida más confortable a los distintos territorios. Si alguien plantea, en el fondo, romper con la democracia conocida e instaurar la desconocida debería al menos dar a conocer las hechuras de ésta. Es otra aclaración necesaria.
