Todavía con la resaca de la inauguración del Palacio de Congresos de Palma en la cabeza de uno siguen resonando algunas de las palabras escuchadas durante la velada.

Lo cierto es que hubo intervenciones de lo más dispares, desde la de Su Majestad el Rey de España -una intervención seria, respetuosa, conciliadora, comedida e idónea- hasta la de la Presidenta de las Illes Balears -una intervención insulsa, anodina, insustancial, inoportuna y que carecía de todo interés-. Sucede cuando los oradores en un acto son tan opuestos como incomparables.

Por su parte, el propietario y fundador del grupo Meliá Hotels Int., estuvo educado pero crítico, con un reproche directo a la línea de flotación del Govern, su total desacuerdo con la ecotasa y absoluta incredulidad con que se hayan planteado, si quiera, el doblarla. La represalia posterior, por la indignación, fue que el protagonista de todos los teatrillos de los martes en el Parlament, el señor Abril solicitara por escrito que "la Agencia Tributaria verifique si el empresario en cuestión está al día de sus obligaciones tributarias." Muy normal todo. Represalias por no estar de acuerdo con el ejercicio de la libertad de expresión del hotelero mallorquín. Y esto, nada más y nada menos que los adalides de la libertad de expresión. Eso y amiguete de BILDU. ¡Una joya!

Pero estas tres no fueron las únicas intervenciones

Recién llegado del S. XIV apareció el Rey Jaime III de Mallorca para explicar cómo veía la ciudad en la que un día vivió. No tuvo desperdicio. Tuvo buenas palabras para lo que había podido apreciar paseando por el casco histórico e incluso para la limpieza de las calles: "Palma está muy limpia, si la comparamos con la Edad Media" ironizó. Pero sus ´zascas´ no se quedaron ahí. También tuvo tiempo de hablar del mamotreto de GESA, de las terrazas del Borne y hasta de la Guardia Civil, la que, en su opinión es: "el cuerpo que siempre arregla todos los problemas". Algunos se sintieron de lo más incómodos.

Aunque el momento culmen de la noche fue, sin lugar a dudas, la intervención de Antoni Noguera I, "el Republicano". Destacó la necesidad de hacer de Palma una ciudad "moderna, europea y en valor" y "conectamos el turismo con el mundo y, además, lo hacemos en temporada baja". Estos son solo algunos ejemplos de los beneficios de los que habló el Alcalde sobre el Palacio de Congresos. Todas ellas, cabe destacar, muy certeras.

Nada habría que destacar sobre dichas palabras si no fuera porque en el año 2013, cuando este señor se sentaba en los escaños de la oposición en Cort, propuso esta interesantísima propuesta; y la cito textualmente: «la coalición MÉS apuesta por el desmontaje del Palacio de Congresos, el reciclaje y venta del material aprovechable».

¿Cómo te quedas? El mismo que la pasada noche sacaba pecho del Palau, el mismo que hablaba de las bondades del turismo de congresos, el mismo que anoche tuvo el privilegio y honor de cortar la cinta junto a Don Felipe VI, cuatro años atrás pedía que se demoliera. Ironías de la política.

Quiero pensar que el Alcalde ha recapacitado, ha madurado sus ideas y ha cambiado de opinión consciente de que lo que proponía su grupo hace unos años era una soberana memez.

El Palacio de Congresos está llamado a ser uno de los elementos desestacionalizadores más importantes de la ciudad. Que así sea.

*Regidor del PP en el Ayuntamiento de Palma