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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Matas odia la ópera

Si hoy es viernes, alguien debe estar juzgando por corrupción a Jaume Matas. Y si es lunes, martes, miércoles o jueves, también. El único aspecto positivo del ministro de Aznar es que no le gustaba la ópera, y les aseguro que lo conocí a fondo. Por tanto, el único dato apreciable del faraónico proyecto operístico de Santiago Calatrava que hubiera arruinado la perspectiva de la catedral de Palma, es que la inauguración del engendro hubiera obligado a Matas a soportar un espectáculo operístico completo. Dado que tienen motivos para desconfiar de mi palabra, rebusquen en los archivos a cuántos conciertos de música clásica honró Matas con su presencia durante los siete años en el Consolat, o durante el resto de su periplo político.

Con tres condenas a sus espaldas, dos de ellas visadas por el Supremo, se debe agradece al ministro del PP que introduzca en cada juicio una boutade que arranque del tedio a las sesiones burocráticas, cuando además todos sabemos qué sucedió porque estábamos ahí para sufrirlo. En el caso de la Ópera, su quimera consiste en asegurar que se hará realidad en el futuro. Tratándose de Matas, es redundante recordar que estamos ante una falsedad. El escándalo estalló cuando el Pacto de 2007 a 2011 se encontró con una petición esotérica de Calatrava. El artista valenciano reclamaba maquetas de su proyecto palmesano que ni siquiera se habían desembalado, y que languidecían en un almacén del Govern situado en Santa Maria.

Una vez que se vetó a Matas la utilización electoral del proyecto, el president se desentendió del mismo, y es Calatrava quien posee por contrato los derechos para volver a presentarlo y rentabilizarlo en otra geografía. Azerbaiyán o Kazajastán serán castigados un día por el horroroso techo retráctil. Acierta en cambio Matas en que la operación con fondos públicos no iba en su provecho. A estas alturas ya podría señalar sin complejos a quién benefició realmente la Ópera. Y si la distancia es el olvido, su conseller Francesc Fiol puede ayudarle a recordar para quién trabajaba el Govern.

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