Esta mañana me dirigía al trabajo cuanto al pasar por la plaza Sant Jeroni acerté a ver un maravilloso perro de aguas que se paseaba suelto y se sumergía en las aguas de la fuente allí existente. Días atrás había visto a los operarios de Emaya sacando muestras de la misma, supongo que para analizar el estado del agua.

El maravilloso cánido estaba acompañado por su comprensiva y tolerante dueña, que se expresaba en un idioma no co oficial en esta comunidad. Ocurrió que al percatarse de mi presencia llamó al perro que salió de la fuente, se sacudió, casi me llegó el regalo, y siguió a su ama, suelto, claro está, hasta que en una de las calles aledañas llegaron a su casa. ¿Por qué buenas costumbres arraigadas se diluyen al pisar el suelo de Palma? ¿Qué información de la Administración recibimos residentes y visitantes sobre civismo?

¿Por qué en el trayecto que va desde Sant Jeroni al Call he ido sorteando deposiciones de perro? ¿Cuál es el mensaje que desde la Administración se transmite a los ciudadanos para que se den estos comportamientos? ¿Falta control, limpieza, civismo? ¿Qué ocurre en Palma? ¿Son necesarias más sanciones, más información a los ciudadanos? ¿Creen ustedes que donde hay orden y limpieza los ciudadanos actúan de la misma manera?

¿Por qué la Administración, y en concreto Emaya, no han sido capaces de transmitir un mensaje que englobara el civismo en nuestras actuaciones y la satisfacción que uno obtiene con la limpieza de nuestra ciudad y, por tanto, con la prestación del servicio?

Podríamos hablar de muchos temas respecto a la limpieza de nuestra ciudad y al trabajo de quien la planifica y la realiza, así como de la actitud de quienes reciben un servicio para un beneficio común y consiguen tener un comportamiento positivo en ello.

Pero creo que empieza a ser mucho más acertado demandar a los partidos que expresen sus posiciones sobre el servicio público. Es necesario que exista un posicionamiento que ponga la prestación del servicio y su calidad por delante de otras cuestiones que hasta la fecha han ido añadidas y han provocado grandes crisis en las instituciones. Nos referimos al gasto sin medida y a la corrupción.

Se trata de la prestación de servicios de calidad a un precio justo y no un ejercicio contable que deja al margen lo esencial, el servicio. Determinadas cuestiones no pueden estar sometidas al corto plazo de un mandato y deben tener horizontes que impliquen a gobierno y oposición en proyectos que tengan continuidad en el funcionamiento de la ciudad.

Hace falta transmitir un mensaje que implique a toda la ciudadanía en la mejora de la ciudad y no mantenerla como arma arrojadiza entre opciones políticas, que no hace sino dejarla en el más absoluto abandono.

*Portavoz del grupo municipal de Ciudadanos en el ayuntamiento de Palma