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Jose Jaume

Desde el siglo XX

José Jaume

Roto el consenso del 78, ¿crisis de régimen?

Cuando con la serenidad hoy inexistente nos preguntemos cómo ha podido llegarse hasta donde lo hemos hecho, se planteará por qué Rajoy dejó transcurrir cinco años en la más completa inacción

No es necesario detenerse, por evidente, en la contumaz vulneración de la legalidad perpetrada por los políticos independentistas. Las obviedades lo son. Lo que sí conviene tratar de atisbar es lo que deparará lo que acontece en Cataluña, donde se ha quebrado estrepitosamente el amplio consenso que posibilitó llegar a lo que después se ha denominado el régimen del 78. Eso es lo sustancial. Ahí radica lo trascendente; más allá de la insurrección soberanista en Cataluña y el ruido y la furia desatados en Madrid, lo que se está precipitando es una colosal crisis de Estado que no hay forma de ver cómo va a solventarse. El uno de octubre no habrá referéndum. Probablemente se vivirá una jornada convulsa, que esperemos no sea trágica, como los sucesos de octubre de 1934, que anticiparon lo que iba a ocurrir menos de dos años después; antes, el lunes, la Diada del 11 de septiembre dará una idea exacta del nivel que está alcanzando la insurrección soberanista, que puede darse por hecho será muy elevado, al que habrá contribuido el desatino con que se encara desde los poderes del Estado la ruptura catalana.

Ha transcurrido todo un lustro en el que el presidente del Gobierno nada ha hecho para evitar lo que está aconteciendo. Cinco años en los que Mariano Rajoy, como siempre, ha pretendido que fueran otros quienes le solventaran la papeleta. Es pertinente insistir en ello: pretende dejar en manos del Tribunal Constitucional la adopción de medidas coercitivas contra los dirigentes independentistas. Quiere, nada menos, que el tribunal de garantías, politizado en extremo, actúe como un tribunal penal. La irresponsabilidad de Rajoy es tan manifiesta como deplorable y funesta, una de las causas de la crisis de Estado en la que nos adentramos sin remedio.

Plantearse si roto el consenso del 78, el que alumbró la Constitución vigente, se abre la crisis del régimen es imprescindible. Hay que constatar que los radicales cambios políticos, sociales e institucionales siempre se engendran en Cataluña. Parece que ahora estamos en una de las tesituras de las que España no ha podido sustraerse en los dos últimos siglos de nuestra atormentada historia. ¿Fin de régimen? Está por saberse, claro, pero la crisis contiene todos los aditamentos para hacerlo posible. La cuestión territorial, a la que no hay manera de embridar más allá de unas pocas décadas, es la espoleta, una vez más, que precipita la quiebra institucional. No puede alegarse ignorancia, porque el agotamiento del sistema se ha hecho palpable en los años precedentes. De no haber irrumpido una fatiga extrema Podemos no estaría aquí, el sistema no se tendría que haber afanado en establecer el cortafuegos de Ciudadanos. Así que nadie estaba desprevenido. Solo faltaba que el independentismo catalán aprovechará a conciencia el declive para que haya quedado servida la crisis de Estado con la que se tendrá que pechar.

La soluciones, cuando lleguen, requerirán de otros líderes políticos. Sensatamente a quién se le pasa por la cabeza que Puigdemont, Mas o Junqueras por una parte y Mariano Rajoy por la otra sean quienes la aborden. Lo que se ha puesto inexorablemente en marcha se los llevará por delante. Con la ley y solo con ella nada va a resolverse. Es una quiebra institucional de tomo y lomo la que se está confrontando.

En un imprescindible análisis publicado el miércoles en La Vanguardia, el catedrático de Derecho Constitucional Antoni Puigvert (quede constancia de su oposición las tesis y estrategia de los independentistas) deja sentado que siempre que Cataluña se mueve en serio, en España se produce un vuelco histórico. A esas alturas negar que en el Principado la movilización soberanista va muy en serio es de estúpidos. Con un agravante: el independentismo, lamentable e incomprensiblemente, es la única alternativa articulada que se ofrece a los catalanes.

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