Diario de Mallorca

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El Diario de Mallorca ha publicado recientemente, el 24 y 25 de agosto, sendos artículos de opinión firmados por Marçal Isern y José Jaume, titulados "Monuments Men" y "Arca de la mano de Trump en sa Feixina", en los que además de menospreciar a quienes opinan de forma diferente incurren ambos en "errores" ( sic), ciertamente de forma intencionada. El artículo incendiario de Isern ha molestado seriamente a mucha gente, gente de bien, y generado fuertes críticas a Diario de Mallorca por dar cabida en sus páginas de opinión a determinadas manifestaciones de irrazonable agresividad. Yo me he visto obligado a defender al Diario desde el conocimiento que tengo del mismo y porque me consta se rige por dos principios básicos, la preeminencia de la información y una sección de opinión y, en la que cada articulista se debe hacer responsable de lo que escribe y lo que se escribe no representa el pensamiento o ideario del periódico.

Sobre el monolito de sa Feixina he escrito en este periódico ya tres artículos, el 7 de febrero de 2010, el 27 de octubre de 2015 y el 4 de marzo de 2016 y creía que por mi parte el tema estaba ya agotado, pero no es así. El actual consistorio palmesano parece que ha centrado su gestión municipal en un único proyecto, arrasar el monumento, el resto de responsabilidades propias de las competencias municipales parecen descuidadas. Algunos políticos dominados por un ánimo revanchista acuerdan no proteger el monumento, en contra de informes técnicos preceptivos y cualificados. Un " investigador i voluntari de la memoria histórica" como se autodefine el señor Isern formula en su artículo, entre otras delicadas lindezas las siguientes: " monument feixiste enquistat al parc?", " especialistas patrimonials de tertulia de cap de semana?", " incapaços de asimilar i retindre a la seva memoria, el principies democratics?", " no entenc l'obsessio malaltissa d'aquets demócratas per defensar un monument dedicat als assassins de demócratas i democracies".

Yo he defendido en tres ocasiones la permanencia del monolito y por ello me siento aludido por Isern y por tal motivo le digo a este señor que no puedo aceptar lecciones de democracia, entre otras razones porque participé con un partido llamado Unión de Centro Democrático, UCD, en el proceso de transición del régimen anterior en la implantación de la libertad y la democracia en este país, por lo tanto mis principios democráticos están acreditados, no sé si lo están los del señor Isern. Y, desde la libertad, a la que modestamente contribuí a traer y de la que goza tanto el señor Isern como yo mismo, me voy a permitir expresar nuevamente mi opinión sobre el monumento y sobre la intención de hacerlo saltar por los aires.

El monolito es un monumento erigido en recuerdo de 780 marineros, mayoritariamente mallorquines y mayoritariamente del barrio palmesano de Santa Caterina, muertos como consecuencia del bombardeo que sufrió el crucero Baleares y hundido por el destructor Lepanto, del bando republicano, una autentica "máquina de matar" -expresión utilizada por el alcalde Noguera-. Esto es un hecho incontrovertible. El argumento de que se quiere demoler "para cerrar heridas, de verdad, ya que representa la represión de las víctimas del franquismo", es una falsedad, al contrario se están abriendo las heridas nuevamente. El obelisco es además uno de los pocos exponente importantes de arquitectura racionalista y representa el homenaje de la ciudad de Palma a sus hijos muertos en la Guerra Civil del año 1936. En cualquier país civilizado se respeta la memoria de sus muertos, expresada de cualquier forma, especialmente en sus monumentos. Lo contrario es hacer vandalismo y poner en evidencia una falta de sensibilidad, ignorancia, desconocimiento de la historia y síntoma de cierta enfermedad moral. ¿Estamos ante una venganza con efectos retroactivos? ¿Hay que rivalizar con los yihadistas que ya han destruido, Palmira, Nimrud, Mosul, Dur Sharrkin? con sus bárbaros atentados?

En Tortosa hay un significativo monumento que conmemora la batalla del Ebro. El ayuntamiento de aquella ciudad, regido por una coalición de tres partidos nada sospechosos de ser franquistas, mantiene en pie el monumento que ya sido incluido en el inventario arquitectónico de Catalunya. Es más, el alcalde de aquella ciudad sometió a consulta popular la posible retirada del monumento y colocarlo en un museo, el resultado de la misma fue que el 68,36 % votó a favor de mantenerlo en el sitio en el que había sido erigido y el 31,25 propuso retirarlo, nunca destruirlo. En Ondarroa, Vizcaya, municipio gobernado por EH, BILDU y PNV, se mantiene el monolito "dedicado a los hijos de Ondarroa que murieron en el crucero Baleares". Tampoco parece creíble que estos partidos políticos que gobiernan aquella ciudad se distingan por su devoción al franquismo. ¿Por qué el Ayuntamiento palmesano no convoca una consulta popular en la que se decida el futuro del momento?, ¿hay miedo al resultado?

El monolito forma parte de nuestra historia, de nuestro urbanismo y de nuestros monumentos y, parafraseando a Nietzche, conviene recordar que "patriotismo es aquel conjunto de virtudes que no tuvimos y que ahora deberíamos tener". Me permito, para terminar, querido lector, sugerir que acuda al parc de sa Feixina y que lea la leyenda, labrada sobre hierro, que en forma de cenefa rodea el estanque sobre el que se asienta el monolito. Esta escrita en catalán, castellano, inglés, francés y alemán, se incorporó, en el año 2.010 al conjunto monumental y reza: " Aquest monument va ser erigit l'any 1948 en record de les victimes del enfonsament de creuer Balears durant la guera civil (1936-1939). Avui es per la ciutat simbol democratic per no oblidar mai les guerras ni las dictadures. Palma 2010".

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