Las flores y los pájaros anuncian la llegada de la primavera. De la llegada del verano sabemos por los posados periodísticos. Durante varias décadas, Ana Obregón anunció el verano, al principio con su bikini y al final con su trikini. Este año algún medio anunció el estío con los posados históricos de Ana Obregón. La "pin-up" ha hecho su propia "pinupcoteca".
Una cosa es la estación y otra las vacaciones. El anuncio de las vacaciones es trabajo de la familia real, si se permite la contradicción. El periodismo español espera el posado real de agosto como agua de mayo aunque no haya nada menos periodístico porque todo está previsto. Aun sucediendo, el posado es lo contrario de un suceso porque pertenece al género de los acontecimientos en los que nada acontece.
Un posado tenía sentido cuando el retratista era Velázquez -que disponía cómo representar al rey o a la familia- no ahora, en que al fotógrafo le dicen dónde retratar. En el posado todo se pone en favor de la imagen y el periodista lo encuentra puesto. Al profesional le falta espacio.
Un posado tenía sentido en los tiempos lentos de Velázquez pero ahora la instantánea lo es de verdad. El posado es un pájaro en mano bueno para reyes y malo para reporteros que van equipados para el ciento volando. Al profesional le sobra tiempo.
Sobró tiempo y por eso se calificó de "discreto" un posado aburrido de ver, salvo para medir el crecimiento de Leonor y Sofía, como hacemos con los niños de la familia en la baldosa de la cocina, o para que los jipis de la feria puedan copiar las pulseras de la princesa y de la infanta y ofrecerlas a seis euros. Sin más guion, se hurtaron unas palabras acerca del calor que hace en Mallorca por estas fechas. ¡Paren las rotativas!
