Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Por qué no habrá independencia

Las democracias son regímenes de opinión pública, y existe un parangón entre el proceso político real y la evolución de los deseos mayoritarios de la ciudadanía que, aunque no es exactamente sincrónico -aquel va por detrás de este-, terminan confluyendo inexorablemente.

Esta es la razón por la que no habrá independencia de Cataluña en esta crisis, que probablemente marcará el principio de una larga etapa de distensión (como ha sucedido en Quebec): no existe una mayoría significativa, clara, visible de partidarios de la secesión. No la hubo el 9N; tampoco en las últimas elecciones autonómicas, en que los partidos soberanistas estuvieron por debajo del 50%; ni la hay en las encuestas que realiza la propia Generalitat a través de su Centro de Estudios de Opinión (CEO).

Es esta evidencia muy notoria, y no otras más alambicadas e intelectuales, la que impide el apoyo internacional a la ruptura. Hay estudios sobre el particular, y así, por ejemplo, la independencia de Letonia, con un 74% de partidarios y una participación del 87,6% en el referéndum de 1991, se impuso, arrasadora, por la manifiesta voluntad de aquella gran mayoría, que fue rápidamente secundada desde fuera. Y este es el crimen político de los independentistas catalanes: pretender la fractura, con los traumas que ello provoca, cuando ni siquiera han convencido a la mitad de la población.

Compartir el artículo

stats