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Ramón Aguiló

Escrito sin red

Ramón Aguiló

Rajoy y la verdad

Se puede decir que es débil ante los fuertes (Obama, Trump, Merkel) y fuerte ante los débiles

Recordaba Hannah Arendt que la Verdad no es un resultado de la reflexión, sino su condición previa y su punto de partida: sin una experiencia previa de la Verdad es imposible desarrollar ninguna reflexión. Parafraseando a Zhuang Zi y al maestro de lógica Hui Zi que estaban contemplando por televisión la comparecencia de Rajoy como testigo en el juicio de la Gürtel, Zhuang Zi observó: "¡Mira lo mentiroso que es Rajoy que se agita soltando frases a la gallega!". Hui Zi objetó: "Si no eres Rajoy, ¿de dónde sacas que es un mentiroso?". "Como tú no eres yo, ¿cómo puedes saber lo que yo sé de las mentiras de Rajoy?". "Te concedo que yo no soy tú y que, por tanto, no puedo saber lo que tú sabes. Pero como tú no eres Rajoy no puedes saber si Rajoy es un mentiroso". "Retomemos las cosas desde un principio (replicó Zhuang Zi). Cuando me has preguntado ´¿De dónde sacas que Rajoy es un mentiroso?´, la forma misma de tu pregunta implicaba que sabías que yo lo sé (que es un mentiroso). Pero ahora, si quieres saber de dónde lo sé, pues bien, lo sé desde la butaca frente al televisor".

Esta es una conclusión que se deriva, no del conocimiento previo de las acciones o inacciones de Rajoy previas a su declaración como testigo en la que está obligado a decir la verdad, de lo contrario incurriría en un delito de falso testimonio, sino de los solecismos en los que incurre. Veamos algunos ejemplos. A la pregunta sobre la contabilidad en B, de los pagos en negro de las obras de Génova y demás cuestiones económicas, responde que jamás se ha ocupado de asuntos económicos en el PP; que sus responsabilidades son políticas, no de contabilidad; que hay una separación muy clara entre la gestión política y la económica, protagonizada esta última por Lapuerta (demente sobrevenido) y Bárcenas (perito en arte). A mí me produce vergüenza ajena escuchar estos argumentos. El presidente de un organismo, sea el mismo Gobierno, sea un partido político como el PP (en este último caso con poderes omnímodos) es responsable de la gestión del organismo en su conjunto. Si no fuera así, puesto que un presidente rinde cuentas ante quienes le han elegido, existiría el agujero negro de unos responsables "designados" por el presidente que no rinden cuentas ante nadie, ni siquiera ante quien les designa. Es un razonamiento absurdo, como lo sería decir que un alcalde es responsable de la política municipal pero no de las finanzas municipales. Es decir, es tanto como afirmar que la responsabilidad política no abarca la responsabilidad económica. Es un insulto a la inteligencia pretender que quienes gestionan las donaciones de las empresas del Ibex acreditadas en la contabilidad de Bárcenas no tienen que ver con los órganos administrativos encargados de las adjudicaciones de obras.

Ante la pregunta por el significado del SMS dirigido a Bárcenas de que "Hacemos lo que podemos", Rajoy afirma, sin que se le demude la cara, que significa que "no hacemos nada". Lo que significa, bien que se está mintiendo a Bárcenas, lo que probaría que Rajoy es un mentiroso, que miente para conseguir el silencio de Bárcenas, bien que está haciendo lo que puede para aliviar sus infortunios, lo cual significaría una clara obstrucción a la justicia desde el poder ejecutivo, una prueba contundente de la ausencia de la división de poderes. Si fuera así, también concluiríamos que Rajoy es un mentiroso, ahora no frente a Bárcenas sino frente al tribunal ante el que comparece. Justifica el hecho del mismo SMS porque tiene la costumbre de responder a la gente. Rajoy es persona educadísima. "Sé fuerte Luis" no es sino una demostración más del mandato cristiano de aliviar las cuitas de un presunto delincuente con 50 millones de euros en Suiza.

Los críticos de Rajoy parecen muy impresionados al descubrir que es más bien una persona de la que no se sabe muy bien por dónde cogerla. No acaban de entender que un excelente parlamentario como él sea capaz de enunciar tautologías estúpidas y solecismos como que "un vaso es un vaso y un plato es un plato", "somos sentimientos y tenemos seres humanos", "una cosa es ser solidario y otra serlo a cambio de nada", "España es un gran país y tiene españoles", etc. A pesar de que a veces parece apelar a la compasión de los ciudadanos haciéndose pasar por un pobre pollo víctima de las tramas contra el PP, en otras ataca sin piedad en el Parlamento a sus contradictores, como hacía de una manera indigna con Rosa Díez. Se puede decir de Rajoy que es débil ante los fuertes (Obama, Trump, Merkel) y fuerte ante los débiles. De él decía un compañero de partido (Cisneros) que "por donde pasa no ensucia , por donde pasa no limpia". Es la definición de un hombre que no se mueve por unas ideas sino para su provecho. Y su relación con la verdad es la relación mantenida por un cínico. Cabía sospecharlo un poco: de haber sido una persona comprometida con la verdad, con un discurso claro, sin anfibologías, intolerante ante la corrupción de sus allegados, incapaz de mentir en sus promesas electorales, si afrontara ruedas de prensa sin vetos a periodistas molestos, si no hubiera hecho del cinismo, del disimulo y del desprecio a la opinión pública ("hoy llueve mucho") un arte de la indecencia, habría sido un agradable compañero de tertulia en el bar Cristal (un saludo agradecido), pero ¿cómo habría llegado a ser Rajoy?

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