No hace ni cincuenta años los periódicos eran el instrumento por el que se hacía la publicidad y se daban las noticias. Los diarios de la tarde se vendían diciendo: el periódico y las últimas desgracias. Si preguntabas ¿qué desgracias? se te contestaba que ninguna. ¿ Acaso no estabas contento por ello? Hoy en día los periódicos ya no se utilizan para la publicidad y los reportajes; viven de los anuncios y muchos de ellos son gratuitos. Estos conceptos son tratados por la televisión y por los móviles. Ahora bien, cuando una noticia se repite de forma continua, como la de Echeverría, que ha sido un verdadero heroe, pero que se ha repetido en televisión cuatro o cinco veces al día, durante varios días, la sociedad no le da importancia. Cuando una noticia se une a un reportaje en el que se explica cómo se llevó a cabo, como ocurre, por ejemplo en las noticias de un robo por butrón, en los que se hace un reportaje de la forma en que se llevó a cabo, explicando cómo se hace el agujero en la pared y cómo se penetra en un local para cometer un robo; o cuando se representa a un automóvil que penetra por la puerta de una joyería y se explica que los ladrones cuentan con quince segundos, que es el tiempo que necesita la policía para llegar al lugar del robo; es evidente que se está enseñando a posibles delincuentes a realizar futuros delitos.

Por eso, en mi opinión, los reportajes que se llevan a cabo, explicando cómo se han realizado muchos robos, deben ser eliminados de la televisión y de los móviles, según criterios de los que se publican tales hechos pues, de lo contrario, los reportajes pueden llegar a ser una escuela para cometer robos.

Reivindico la necesidad de eliminar los reportajes a los que me he referido, lo cual no quiere decir que no se pueda dar la noticia del robo, pero no en la forma en que se ha llevado a cabo.

* Abogado. Exdecano del ICAIB