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Jose Jaume

Desde el siglo XX

José Jaume

Dan inicio los aspavientos del alcalde Noguera

El alcalde de Palma ignora que en el territorio de la Unión Europea no se puede impedir el libre tránsito a sus ciudadanos. Pedirle a Alemania que no envíe turistas "basura" es ridículo y populista

Noguera ha sido inusitadamente rápido, tanto en pretender marcar territorio como en mingitar donde no se debe. Lo primero ha consistido en descolgar el retrato del jefe del Estado de su despacho. Ha sustituido al Borbón de turno, Felipe VI, por el asesinado alcalde Darder. Recordemos: fue fusilado en 1937. Darder era republicano, pero no de Esquerra Republicana, sino de un partido coaligado con el del presidente de la República Manuel Azaña. Noguera, todo el PSM, se ha apropiado deshonestamente de una figura histórica que no es estrictamente de su cuerda ideológica.

En cuanto a lo segundo, el alcalde, que tal vez alcance la inigualable marca de la alcaldesa Cirer, la que presidió impertérrita el millonario fiasco de la carísima recogida neumática de basuras, quiere entrevistarse con la cónsul alemana para solicitarle que no envíe turistas "basura" a Mallorca. Noguera, desatado desde que se ha instalado en el despacho principal de Cort, entre otras notabilísimas carencias, debe desconocer algo denominado ley de la oferta y la demanda, que, en el caso que nos ocupa, consiste en que desde Mallorca se pone un producto en el mercado que es adquirido libremente. Además, por si Noguera también lo ignora, lo que no es descartable, en la Unión Europea (la República Federal de Alemania y España son estados miembros) la libre circulación de personas constituye uno de sus pilares fundamentales, a pesar de las restricciones que el terrorismo islamista ha obligado a introducir. Qué diantres es eso de solicitar una entrevista a la cónsul para que paralice la llegada de turismo "basura" alemán. La jerga es tan impresentable que hasta recuerda la que vociferaban allá por la década de los años 20 y 30 del pasado siglo movimientos políticos de nauseabundo recuerdo. Noguera entra pisando fuerte, muy fuerte. Quiere que se sepa quién está al mando, que es el llamado a enderezar el rumbo de Palma. Será Noguera contra el mundo.

Dicho lo que antecede, concedamos al alcalde que su demagógica petición a la cónsul sonará bien para los que en la Platja de Palma están hartos de los desmanes de los jóvenes turistas británicos y alemanes a los que se intoxica a conciencia con alcohol, que convendría averiguar dónde ha sido destilado. Parece que sigue sin desterrarse el de garrafa, que ya ha cumplido más de medio siglo de prolífica existencia en la isla. ¿Por qué Noguera no deja de desbarrar y opta por incrementar la presencia de la Policía Local allí donde es imprescindible que se haga visible? No son las autoridades alemanas las que tienen que actuar. No pueden ni deben prohibir viajar a Mallorca a sus ciudadanos para evitar que se emborrachen desatando su tendencia a la pendencia. Salvo que el alcalde tenga en la cabeza la instauración de un régimen policial en la Unión Europea.

Se da por hecho que dos años es muy poco tiempo para dejar en herencia una actuación reconocible. Pero puede que con Noguera sobren unos cuantos meses. Posee las capacidades necesarias para legar un fenomenal estropicio. La cónsul alemana, diplomacia obliga, atenderá su demanda de entrevista, se mostrará comprensiva. Nada más. Noguera afirmará que ha hablado claro, que ha hecho valer los intereses de la ciudad. Vitola populista similar a la mostrada en sus mandatos por algunos de los alcaldes del PP, que de populismo quedaron sobradamente doctorados. Probablemente el único alcalde de Palma que nunca cayó en la recurrente tentación populista fue Ramon Aguiló. Era y es demasiado calvinista (en la mejor acepción del término) para dejarse seducir por ella.

Acotación al margen. Se estudia incrementar la ecotasa. Es la más baja de Europa y ha logrado recaudar 65 millones de euros. El Gobierno balear debería hacerlo. Es una buena medida. Si la Federación Hotelera se opone, será la señal de que se está acertando. La ecotasa es imprescindible. El incremento de su cuantía, necesario.

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