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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Dos años de luces y sombras

El gobierno de coalición formado por PSOE y Més (con el apoyo exterior de Podemos) y presidido por Francina Armengol está a punto de cruzar su ecuador. Como no puede ser de otra manera es la hora de los sondeos. La Fundació Gadeso ha publicado en Quaderns Gadeso (número 317 junio 2017) los resultados de una encuesta que pretende evaluar las luces y sombras de los dos años del Govern fruto de los Acords pel Canvi a les Illes Balears.

A nivel global un 37% califica la gestión de buena, frente a un 43% como negativa y un 20% de regular. Por islas la peor valoración se da en Menorca y la menos mala en Eivissa. Como es lógico las opiniones negativas se concentran entre los votantes del PP (94% y C´s (90%), los electores de El Pi sólo un 47%. En la orilla positiva los socialistas (77%), y sólo un 54% los podemitas. Los econacionalistas en su conjunto un 60%, pero resulta muy significativo un 67% de Més Mallorca frente a un escaso 53% en Més Menorca.

Una primera aproximación puede ayudar a definir sus luces y sus sombras más significativas a nivel global. Más allá de los irreductibles en positivo ("es un buen pacto que ha demostrado cohesión y eficacia" 14%) y en negativo ("es un auténtico desastre" (42%) la valoración de los dos años restantes (y por tanto de los resultados electorales) puede depender de "la gobernabilidad y eficacia" del Govern. Un 29% considera preocupantes las discrepancias internas que dificultan la gobernabilidad (a modo de ejemplo: la ceremonia de la confusión con el cese y elección de la presidencia del Parlament así como la contratación de las empresas del jefe de campaña de Més), y un 33% consideran inquietante la dificultad en visualizar sus proyectos. Esta percepción de dificultades en la gobernabilidad la expresan también ciudadanos que consideran positivo el balance global de los dos años trascurridos.

Los ciudadanos no aprueban a ningún político, ni del Govern ni de la oposición. De los miembros del Govern se percibe un bloque que merecen la mejor valoración relativa (4,6 - 4,5) en función de la percepción del qué y el cómo de sus tareas desarrolladas desde sus propias responsabilidades: la presidenta Armengol; el conseller de Trabajo, Negueruela; la consellera de Hacienda, Cladera y la consellera de Servicios Sociales, Santiago. La oposición tampoco puede echar las campanas al vuelo. Merece su mejor valoración Font (El Pi) con un 4,5 y la peor Pericay (C´s) con un 2,5; los dos políticos más relevantes del PP, Company y Prohens, suspenden con un 3,3. Incluso los votantes del PP no comprenden ni comparten los silencios de su nuevo líder, Biel Company.

Es muy significativo el grado de acuerdo/desacuerdo con las principales medidas del Govern. Sólo superan el 50% de acuerdo el Impuesto del Turismo Sostenible (64%), aunque un porcentaje significativo no esté de acuerdo en el destino confuso y difuso que se da a los recursos obtenidos; y el Pacto por la Competitividad Empleo y Progreso Social (58%), que se debe en gran parte a la lucha de la conselleria de Trabajo contra formas ilegales de contratación laboral visualizadas especialmente los trabajos precarios. No llegan al 50% de acuerdo, pero si acercan "el regreso de las tarjetas sanitarias a los sin papeles" (49%) y la "renta social garantizada" (48%). A cierta distancia, el ordenamiento del conflicto educativo (46%) y la Facultad de Medicina (45%). La política lingüística desarrollada por el gobierno (43%), con opiniones extremas,que puede ser debido a un doble motivo aparentemente contradictorio: por un desarrollo excesivo o restrictivo de la lengua propia. La que merece menos reconocimiento es la regulación del alquiler turístico (28%) sea por considerarla excesivamente restrictivo, o al contrario, porque lo consideran demasiado permisiva.

Al denominado Govern del Canvi presidido por Armengol, aun con sus sombras, se le valora mejor (o menos negativamente) que los anteriores gobiernos llamados de Progrés presididos por Antich. Se le considera más "coherente e inclusivo" y " menos reinos de Taifa". Pero le restan dos años difíciles y decisivos: la visualización positiva de las principales promesas electorales, la superación de determinadas discrepancias (muchas de ellas más propias de rabietas absurdas) internas, mejorando notablemente la comunicación (lo que no se comunica no existe, o no se tiene nada relevante que comunicar). Podría ser preocupante para el votante progresista que los fracasos de los dos años restantes condujeran a un fracaso electoral. Y que en consecuencia cualquier posibilidad de un gobierno de progreso en nuestra comunidad (incluyendo la ambigüedad y liquidez del término) fuera simplemente una flor aislada de una noche de verano.

Queda por ver y comprobar si los años restantes las sombras en luces,o las luces en sombras.

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