Una licenciatura, en este país, puede ser un gran paso hacia la sabiduría y el desarrollo intelectual de la persona, o un simple trámite hacia la mediocridad. La universidad española, que ya era denunciada por Unamuno como simple "entidad expendedora de títulos", es hoy garantía de poca cosa, y si bien es cierto que surgen de ella profesionales espléndidos, también está a la vista una ingente cantidad de necios que deambulan por el país con una carrera universitaria bajo el brazo.
Viene esto a cuento del aire de superioridad profesoral que adoptó el "izquierdista" Iglesias frente al "liberal" Rivera por el hecho de que él es licenciado y su contendiente ha sido un mero "empleado de banca" (no debe saber el líder de Podemos que Rivera también es licenciado en derecho por ESADE (la universidad Ramón Llull).
Quienes, por oficio periodístico (que no por vocación ni por masoquismo) hemos leído las interpretaciones de la Historia de España que ha escrito Iglesias en brevísimos opúsculos (no ha debido tener tiempo de más), nos escalofriamos cuando este personaje acusa a los otros de frivolidad intelectual. Yo no sé si Rivera ha leído a todos los autores que cita; lo que sí sé es que si el bagaje intelectual de la izquierda es el que aporta el sedicente líder de Podemos, corremos serio peligro de perdernos en los arrabales de la simple demagogia cultural.
