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Matías Vallés

Al Azar

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Banco Popular para inocentes

¿Cuántos dirigentes históricos y presentes del Banco Popular serán condenados por haber hundido a conciencia la sexta entidad...

¿Cuántos dirigentes históricos y presentes del Banco Popular serán condenados por haber hundido a conciencia la sexta entidad financiera española? ¿Cuántos devolverán las cantidades cobradas por jubilaciones o paracaídas dorados, con los que autopremiaron su gestión catastrófica? ¿Quién engaña a los accionistas de la banca española, así en Bankia como en el Popular? Son preguntas retóricas, al hilo de la venta de la entidad bancaria más barata del mundo. La mayoría de españoles podría haberla comprado por un euro. Filosóficamente, vuelve a cumplirse el título del libro que describió la crisis de las cajas de ahorro estadounidenses, La mejor forma de robar un banco es tener uno.

La venta de mentirijillas no la ordena Madrid, sino Frankfurt. Al igual que en Bankia, el Banco Central Europeo de Draghi se impone al Gobierno de un Rajoy que hubiera abordado el problema sin tomar decisión alguna, como en Cataluña. El oscurantismo fulminante vuelve a disolver toda pretensión de transparencia. En cuanto a las verdades elementales, ni siquiera el hombre más rico del mundo pierde mil millones de euros sin enterarse. Dado que el Popular apunta a siete mil en números rojos, por encima del billón de pesetas, la presunción de inocencia implica la presunción de necedad de quienes la acuerdan. Y las decisiones catastróficas no vienen fechadas en este año, ni en el anterior.

Desde los hermanos Valls Taberner, el Popular ha sido el banco del Opus Dei, en el supuesto de que hubiera alguna entidad financiera ajena a esa filiación. Al club opusdeísta no solo se le asignaba la indudable superioridad religiosa, gracias a la interpretación exacta de las exigencias católicas. A los numerarios de dicho instituto se les otorgaba además una superioridad técnica y económica, una infalibilidad derivada no solo del fácil acceso a fuentes divinas, sino a la mejor formación que el dinero podía comprar. Dado que tanta ciencia se concreta en marcas como Ruiz Mateos o el Banco Popular, habrá que revisar mitos que no saben ni sumar.

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