Cuando leo o escucho críticas hacia quienes basan su producción en el medio natural, acusándoles de su destrucción, siempre me pregunto qué cuota de responsabilidad tiene quien hace la crítica en esa destrucción. Porque todos los que habitamos este planeta tenemos una parte de culpa de la situación en que se encuentra. Todos usamos ropas que lavamos diariamente y desprenden millones de microfibras. Todos usamos productos de limpieza y de aseo personal en nuestras casas con gran cantidad de productos químicos. Todos usamos bolsas y envases de plástico. Todos usamos servilletas o toallitas de papel. Y muchas cosas más. Y todas ellas, al final, van a parar al medio natural, sea en tierra o en el mar.

Todos decimos estar muy preocupados por el medio ambiente y el cambio climático, pero la inmensa mayoría no reflexionamos sobre la cuota de responsabilidad personal que tenemos en ello. Al diluir esta en el conjunto, olvidamos el imprescindible y necesario análisis autocrítico. Y ustedes se preguntarán: ¿Por qué nos dice esto, precisamente, un pescador y representante de pescadores? ¡Pues precisamente por eso!

Últimamente se ha publicado en medios de comunicación alguna noticia al respecto, pero posiblemente ha pasado desapercibida para todos aquellos (la gran mayoría) que no tienen nada que ver con el sector pesquero. El hecho es que los barcos de pesca profesional van a tener que reducir su esfuerzo pesquero (la cantidad de peces que pescan), porque los estamentos científicos de la Comisión Europea (ya publiqué un artículo sobre ello en este diario) así lo aconsejan para la recuperación de los recursos pesqueros ( stocks) en el Mediterráneo. Aconsejan una reducción del 20% porque, dicen, el 20% ya reducido entre el 2012 y el 2017 no ha sido suficiente para esa recuperación. Si desde el 2013 no se ha producido ninguna evaluación científica de los recursos, ¿cómo lo saben? Todavía estamos terminando su aplicación, además de otras medidas técnicas, y algunos científicos, bien espoleados por ciertas organizaciones ecologistas que también insisten en lo mismo. ¿Ya afirman que no han dado resultado?

Pero lo más asombroso es que solo confían a esta medida (la reducción de esfuerzo) la recuperación de los recursos. No quieren tener en cuenta, a pesar de que es patente y lo saben, todos los elementos que les he descrito en el principio de este artículo. Nunca recuperaremos los recursos en un mar contaminado por plásticos, microplásticos, microfibras, productos químicos, celulosa y una acidificación cada vez mayor producida por el CO2. Por mucho que dejen de pescar los profesionales (deberían ser todos los que pescan), si los peces no se reproducen adecuadamente en el mar, nunca se recuperaran. Los pescadores somos los primeros interesados en que el problema se solucione, pero de verdad, es decir, en todas las causas que lo originan. Es lo que llevamos reclamando desde hace años. Para ello, las administraciones públicas, desde la UE hasta el último ayuntamiento, deben ponerse manos a la obra para impedir que todos los desechos vayan a parar al mar, hay que impedir que nuestro querido Mediterráneo se convierta en una cloaca.

Hay que impedir que todos ustedes se queden sin nuestros preciados productos pesqueros en sus mesas y se vean obligados a comer pescado que no tiene ni punto de comparación con el nuestro, fresco y de inmejorable calidad y sabor. Hagamos algo para impedirlo.

* Patrón mayor de la cofradía de pescadores Sant Pere de Palma