En los últimos años en España en general, y Mallorca en particular, han aflorado importantes casos de corrupción, con imputación y encarcelamiento de personas relevantes del ámbito público y privado. El espectáculo del vertiginoso descenso de exitosos personajes desde las alturas de la figuración mediática a una agonía entre rejas se ha vuelto cotidiano.

También el de quienes gracias a mejores estrategias jurídicas o circunstancias personales logran salir indemnes pese a la evidencia de delitos cometidos. El análisis psicológico permite una reflexión sobre el significado social y psicológico de los castigos asociados a los crímenes, aunque solo sean económicos.

Aún hoy, en plena globalización de la cultura, subsiste una disparidad importante en lo que cada sociedad considera delito y en la magnitud de los castigos. La pena de muerte subsiste en países miembros de las Naciones Unidas, desde la "civilizada" ejecución mediante inyección letal de los Estados Unidos, hasta los ahorcamientos y mutilaciones de otros países.

Más allá de cuales conductas se castiguen o como se castiguen, los estudios de psicología y antropología constatan el hecho de que cualquiera sea la organización social, desde la célula familiar, la tribu, la comunidad o un país, un sistema de normas es solidario con un sistema de castigos para quien las transgreda. Un axioma que se desprende de los estudios sobre el funcionamiento del psiquismo es que algo ha estar prohibido para que algo esté permitido. Reglas, normas y castigos.

Por eso los antropólogos no han encontrado ninguna civilización, por primitiva y aislada que sea que no tenga un tabú sobre el incesto. Aunque lo que se considera incesto pueda cambiar de una cultura a otra. Así como en la famosa tragedia griega de Sófocles Edipo Rey el incesto desemboca en un castigo dramático, en casi todas las obras de ficción el que transgrede acaba mal. Al igual que sucede con los antibióticos, cuyo uso incompleto los vuelve ineficaces, una norma cuyo incumplimiento o transgresión no se castigue lleva a la destrucción de su funcionamiento. Por eso, independientemente de las particularidades de cada caso de corrupción, la ausencia de castigo tiene un efecto desestructurante para todo el sistema legal de una sociedad.

Una lúcida metáfora que escuché a un profesor de historia es que la caída del Imperio Romano no fue a causa de la capacidad del Imperio Otomano de derribar sus puertas, sino a que sus puertas estaban podridas. El libro La decadencia y caída del imperio romano es considerado uno de los tratados de historia más extraordinarios y fue escrito hace más de 200 años. Para los estudiosos, su autor, el inglés Edward Gibbon, aprovecha el relato del derrumbe del imperio para mostrar la fragilidad del ser humano y de las organizaciones sociales.

Por eso los psicólogos consideramos que es preferible no poner a los niños normas cuyo cumplimiento no se podrá sostener ni amenazar con castigos que no se habrán de aplicar tanto como los médicos consideran que la toma incompleta de un antibiótico es peor que no tomarla. De hecho la perversión y la psicopatía, consideradas las patologías de peor pronóstico terapéutico tienen origen en el fallo de una familia en transmitir normas claras y no dar mensajes ambiguos. Si algo es malo, deberá ser siempre malo no dependiendo del humor de los padres o de desautorizaciones entre los mismos. Si uno de los padres dice que el chocolate es malo y el otro lo da a hurtadillas es peor que permitir comer el chocolate.

Aun cuando aplicar criterios de psicología clínica al campo social y político en algunos casos supone un reduccionismo, puede ayudar a entender algunos efectos o mecanismos que guardan similitudes. Finalmente se trata de seres humanos interactuando. Desde esta perspectiva podría afirmarse que para la sostenibilidad de un sistema social será preferible admitir que quien acceda a una cuota de poder, sea funcionario, político o empresario actúe en beneficio propio ya sea dentro o fuera de la legalidad con un puro sentido de la oportunidad, en vez de considerar eso un crimen, y que luego la ciudadanía sea testigo de su impunidad. Y esto no es una mera ironía... En el caso de una familia se trata de proporcionar una estructura simbólica sólida y coherente a la formación de los futuros adultos y en el caso de la sociedad de su supervivencia.

* Psicólogo