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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Dos años después

Ya han transcurrido dos años desde las últimas elecciones autonómicas, 24 de mayo de 2015, cuyos resultados posibilitaron un nuevo y diverso Parlament reflejo de la pluralidad sociopolítica de nuestra ciudadanía. A los populares (20 escaños), los socialistas (15) y Més (9) se sumaron tres nuevas fuerzas con presencia parlamentaria: Podemos (10), El Pi (3) y Ciudadanos (2). El PP, por aquellos entonces presidido por José Ramón Bauzá, perdió su amplia mayoría absoluta. Su batacazo se concretó en pasar de 35 diputados a 20, sin posibilidad real de pactar con ningún otro partido para alcanzar los treinta diputados necesarios y poder seguir gobernando en minoría o en coalición. Entonces se perfiló la posibilidad de una nueva mayoría parlamentaria (34 diputados) formada por el PSOE, Podemos y Més. Como no podía ser de otro modo, adversarios haberlos hubo (¡y hailos!) desde la derecha social y política hasta determinados poderes fácticos. No resultó fácil hacer posible tal mayoría para el cambio y su consiguiente gobierno de coalición. Dicha alternativa a las maneras y a las políticas practicadas por el gobierno de Bauzá, se visualizó en un documento programático, "Acords pel canvi", donde se reflejan objetivos y prioridades de un gobierno de coalición formado por PSOE y Més, presidido por Francina Armengol y con el apoyo externo de Podemos.

El Pacto se formalizó a mitad de junio y la toma de posesión de Armengol el 2 de julio. Han transcurrido casi dos años, la mitad de la legislatura, y no ha sido un camino de rosas. Ha habidos problemas múltiples. No resulta fácil convivir con objetivos y prioridades comunes, pero desde culturas políticas diversas. Y, como no podía ser de otra manera en una mayoría plural, se han producido (y se producirán) otros desacuerdos cuya sangre de momento no ha llegado al río. La destitución de Huertas (Podemos) como presidenta del Parlament y su sustitución por Baltasar Picornell; cambios (¿ceses?) en el Ejecutivo, especialmente traumático el causado por los polémicos contratos del exjefe de campaña de Més (desde mi perspectiva y la de otros, no resuelta adecuadamente) y que han producido "roces" internos (principalmente, no sólo en Més de Menorca).

No pretendo a través de estas breves líneas hacer una valoración de estos dos años del gobierno de coalición presidido por Armengol. A grandes rasgos se pueden considerar con fortalezas y debilidades. A su favor la recuperación de una cierta paz social especialmente en el sector educativo, con sus "grises" y asignaturas pendientes incorporadas. Hace escasos días se ha registrado en el Parlament el documento de bases para un pacto educativo, que ha sido elaborado por múltiples y diversos actores del ámbito educativo, para su posterior debate entre las diversas fuerzas políticas. No será fácil alcanzar un consenso, pero vale la pena intentarlo precisamente en la Educación, área de máxima relevancia para el presente y futuro de nuestra comunidad, que no puede depender del albur del partido gobernante de turno. Se han tomado iniciativas en asuntos conflictivos en el área de turismo: el impuesto de turismo sostenible (ecotasa), la regulación del llamado alquiler turístico, la modificación de aspectos relevantes de la ley turística€, todavía en debate público. En el área de trabajo se han tomado decisiones relevantes con el objetivo de expulsar de nuestro mercado laboral prácticas espurias como pueden ser la proliferación de la contratación "precaria", sólo posible desde una remodelación de nuestro actual modelo productivo de mayor valor añadido que posibilite una extensión temporal y a su vez basado en empleo de mayores y mejores niveles de cualificación profesional. Quizás las más visibles son las propias de la ampliación y mejora de los servicios sociales, especialmente entre colectivos en riesgo de exclusión. Seguimos reclamando una financiación justa y nuestro régimen especial. Podría seguir, entre éxitos y sombras.

Los populares intentan renacer de sus cenizas, pero todavía no han conseguido con su nuevo equipo dirigente y su nuevo líder, Biel Company, traspasar el Rubicón practicando una oposición firme, útil y propositiva. Restan dos años, la mitad de legislatura, para que la actual mayoría pueda y sepa concretar y visualizar determinadas prioridades incluidas en el documento Acords pel canvi, todavía no desarrolladas, con el objetivo de que la presente mayoría parlamentaria y su consiguiente gobierno de coalición no se reduzca a una mera anécdota en el transcurso y el devenir de las mayorías parlamentarias y en los gobiernos futuros.

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