En un pueblo minero de Asturias, un matrimonio robó de madrugada la caja registradora de una sidrería acompañado por su hijo de 9 años. Antes que un problema de seguridad ciudadana se aprecia un problema de conciliación de la vida familiar y laboral. ¿O es un problema de educación? Los pobres adaptan las maneras de los ricos.
El mismo día que se supo de este robo se conocieron los mensajes de Marta Ferrusola, mujer de Jordi Pujol, para que en el banco de Andorra movieran dinero oculto de la familia: "soy la madre superiora y quiero que muevas dos misales (de pesetas) a nuestra biblioteca del capellán de la parroquia". Vea cuánto cala una buena educación católica.
Los Pujol parecían una familia pero ahora los llaman clan. El fiscal habla de una organización criminal.
De nuevo la educación. ¿Cómo se va formando a los hijos para que dejen de creer que pertenecen a la familia del presidente de un territorio histórico y sepan que, en realidad, han nacido en una organización criminal? ¿Se hace poco a poco o de golpe? ¿En la primera comunión (ya que son católicos) se aprovecha la entrada en la edad de la razón para decirles que son un clan? Tiene que ser traumático: hace nada que se enteraron de que los reyes son los padres.
¿Se espera a que cumplan la mayoría de edad o es un choque que se enteren a la vez de que la democracia en casa no es una forma de gobierno sino un método de pillaje y que hay que votar a papá para que pueda seguir llevándose el 3% del valor de las obras? Como no hay igualdad de oportunidades el niño de 9 años empieza a trabajar antes.
