Vuelvo hoy al asunto de si Rajoy tiene o no la talla política precisa para afrontar el reto del independentismo. Por un lado, visto su indudable talento político y sentido de la responsabilidad (si los pone o no al servicio de una buen causa es otro asunto), resulta inverosímil que no se haya planteado todos los escenarios, y tenga en la cabeza el protocolo para cada uno; pero, por otro, a veces le asalta a uno la idea de que su deformación profesional le impida siquiera contemplarlos, y como Registrador de la Propiedad piense que estando inscrita Catalunya a nombre de España, y los asientos del Registro bajo la salvaguardia de los Tribunales, no haya verdaderos motivos para preocuparse. Por tanto igual puede suceder que cuando suba la temperatura, que será antes del pleno verano, Rajoy sepa estar a la altura, como que no, y resultará imposible saberlo hasta que suceda. ¡Ufff!
