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Antonio Papell

La renovación de Ciudadanos

Ciudadanos se consolida como cuarta fuerza política y ha lanzado un mensaje de concreción ideológica al renunciar a mantenerse en el ambiguo abanico entre el liberalismo y la socialdemocracia

Como es bien conocido, ciudadanos nació en Cataluña del entorno intelectual del PSC cuando, tras la formación del tripartito en 2003, un grupo de personalidades de la cultura y dela universidad se desmarcó de la deriva nacionalista de aquel ejecutivo, en que Maragall se dejó arrastrar por sus socios nacionalistas. Convertido aquel movimiento en partido, ya sin los intelectuales fundadores al frente, Albert Rivera y un grupo de colaboradores consiguieron levantar una organización centrista que logró, primero, conseguir notable audiencia en Cataluña, y, después, en resto del Estado como partido bisagra, que se caracterizó por la espontaneidad, la juventud, la incontaminación y la eficiencia.

? Las circunstancias „el descrédito de los grandes partidos con la crisis- dieron una oportunidad de oro a Ciudadanos, que no desaprovechó. En las elecciones europeas de 2014 consiguió medio millón de votos y dos escaños. En las elecciones municipales de 2015 logró casi 1,5 millones de votos y más de 1.500 concejales, así como buenos resultados en varias comunidades autónomas. Y el partido de Rivera llegó a la cima en las elecciones generales de diciembre de 2015, en las que logró 3,5 millones de votos y 40 escaños. Después, se produjo un cierto retroceso que debió preocupar a la cúpula de C´s: el partido perdía 350.000 votos y ocho escaños en las elecciones generales de 2016 y no conseguía entrar en los parlamentos vasco y gallego€ En cualquier caso, Ciudadanos se ha consolidado como cuarta fuerza política, si bien con la fragilidad que siempre padecen los partidos bisagra. En Alemania, por ejemplo, el FDP liberal ha sido históricamente como un Guadiana, con etapas sucesivas de gran influencia y de cuasi desaparición.

Es lógico, en fin, que Rivera, cuyo sentido estratégico y cuyos éxitos objetivos le han mantenido como líder indiscutible e indiscutido, haya querido llevar a cabo un aggiornamento discreto, que ponga al día el aparato, aclare las ideas y marque las estrategias. La IV asamblea general, celebrada por primera vez en Madrid, ha pretendido todas estas cosas.

De entrada, C´s ha comenzado a reducir el hiperliderazgo que ejercía Rivera, al menos en sus vertientes más visibles. Ha ampliado el equipo de dirección, ha promocionado a Arrimadas y ha consolidado la posición de Villegas. Y, lo que es más importante, ha lanzado un mensaje de concreción ideológica al renunciar a mantenerse en el ambiguo abanico que va entre el liberalismo y la socialdemocracia para definir la organización como "liberal progresista". Rivera ha declarado que su formación no es partidaria de subir impuestos sino de bajarlos, y que quiere distanciarse del intervencionismo socialdemócrata.

Esta es en gran medida una cuestión semántica, pero en las circunstancias actuales, después del pacto PSOE-C´s de 2015 que a punto estuvo de llevar a Pedro Sánchez a La Moncloa (faltó la abstención de Podemos en un momento en que el liderazgo de Pablo Iglesias no era discutido), este viraje supone claramente una rectificación y da preferencia a las alianzas de C´s por estribor frente a las que podrían plantearse de nuevo por babor. Esta acomodaticia ambigüedad es característica de los partidos bisagra: el FDP facilitó alternativamente la gobernación de Alemania tanto al SPD como a la CDU/CSU.

? Las encuestas -y el análisis- acreditan que la clientela de C´s es la más voluble y la menos fiel de las cuatro grandes formaciones. Por ello, es vital que consiga poner fin a la situación creada por el sistema electoral: con la ley d´Hondt, un diputado de Ciudadanos es "más caro" que los de los dos primeros partidos. Así, en las elecciones generales de 2015, un diputado del PP costó 58.000 votos y uno de Ciudadanos, 98.200. El cambio de la ley electoral es, pues vital para C´s€ Y es algo que, lógicamente, PP y PSOE pelearán incansablemente por evitar.

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