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El regreso de la gripe aviar

Regresar es volver cuando alguien o algo se ha ido, pero sino se ha ido del todo no es que regrese, es que alguien nos recuerda que sigue estando ahí. Esto es lo que ha ocurrido con la gripe aviar, la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan nos ha dicho que no nos olvidemos de esta gripe que estemos alerta, que sigue existiendo y parece que expandiéndose con rapidez.

Mientras nos estamos recuperando o esperando no infectarnos de la actual gripe humana, debemos recordar algunas cosas interesantes de la que fue la famosa gripe aviar A (H5N1). Decimos famosa porque a pesar que la conocimos por primera vez en 1997 en el brote epidémico llamado gripe de Hong Kong, no empezó a circular de forma epidémica hasta el 2003. Desde entonces se han producido más de 800 casos en humanos presentando una mortalidad cercana al 50%.

¿Qué es lo que la hace diferente de la gripe humana convencional?. En primer lugar que algunos subtipos, como el A(H5N1), son considerados de elevada patogenicidad; es decir que cuando infectan a las aves de corral o a las de crianza desarrollan una serie de mutaciones adaptativas que las hacen letales en un 90-100% de los casos. Este fenómeno sólo ocurre en este grupo de aves, ya que en las aves salvajes, su hábitat natural, no les produce ningún tipo de enfermedad, siendo ellas las portadoras y exportadoras de esta gripe aviar.

En segundo lugar, en el brote de 1997 se pudo comprobar por primera vez que el ser humano podía infectarse de forma directa de las aves enfermas por estos subtipos. Hasta este momento parecía imprescindible que una cepa gripal aviar tenía que humanizarse o adaptarse previamente a través de su paso por un mamífero, casi siempre el cerdo, antes de poder infectar a los humanos.

? La gripe A (H5N1) ha demostrado esa capacidad para infectar al ser humano pero por ahora no ha conseguido una transmisión sostenida. Es decir apenas se producen casos resultantes o secundarios al contacto con otro humano infectado. Esto parece deberse a que este virus infecta las estructuras mas profundas del sistema pulmonar (alveolos) dando procesos respiratorios muy graves, pero con escasa capacidad para estimular los mecanismos de la tos y el estornudo, que son las principales formas de difusión y transmisión de la gripe humana.

Tras el boom de la gripe aviar clásica (H5N1), ocurrido entre 2003 y 2006, parecía que había desaparecido. Sin embargo siguen produciéndose cada año brotes de forma continua en múltiples países (Egipto el más cercano), pero sólo afectando a los diferentes tipos de aves de corral. Se ha convertido en un problema veterinario más que humano.

Como la naturaleza es muy sabia y como parece que este subtipo no acaba de arraigar en la población humana, en 2013 aparece en China un nuevo subtipo de gripe aviar, el A (H7N9) (el causante de la gripe de Shanghái). Desde ese momento se han ido produciendo diferentes brotes en las aves domésticas y de corral y casos en humanos. Pero en 2016 se produjo un resurgimiento de los casos humanos, especialmente en el último trimestre, que ha puesto en situación de alerta a la OMS y los organismos internacionales. En este período se han detectado más de cien casos humanos en casi 40 países, no sólo en el Sudeste asiático, sino en zonas tan alejadas como Chile o Croacia). Este nuevo subtipo es también designado como de alta patogenicidad para las aves y humanos y en el recuento final ya se han comunicado casi mil casos de infección humana por este subtipo con una letalidad del 38%.

Tanto este nuevo subtipo como el clásico se adquieren por contacto directo con las aves infectadas, de modo que se recomienda a las personas no acudir a los mercados de aves vivas al aire libre en las zonas con focos o brotes activos. Siempre que se detecta un caso en una explotación avícola deben eliminarse todas las aves presentes en la misma. No hay datos que indiquen que estos virus puedan trasmitirse a través de la carne o los huevos cocinados. Sin embargo en los procesos de desplume, sacrificio o manipulación de las aves enfermas, es cuando el riesgo de adquisición es muy elevado, de ahí que se recomiende el sacrificio controlado de las mismas.

La circulación constante de estas cepas aviares de alta patogenicidad, siendo ya consideradas como endémicas o enzoóticas en estos países, supone una importante amenaza para la salud pública mundial. Su amplía difusión favorece los procesos de intercambio genético con otras cepas de origen humano, porcino o de otras aves, y con ello la posible aparición de una nueva cepa pandémica capaz de infectar de forma eficiente al ser humano. En nuestro país disponemos de la red de alerta sanitaria veterinaria que se encarga de realizar controles no sólo en las explotaciones avícolas sino también realiza muestreos en las aves salvajes que circulan por nuestro territorio, siguiendo el plan de vigilancia nacional de la gripe A aviar.

? Por todo ello y como ha dicho Margaret Chan "debemos pedir a los países afectados que vigilen atentamente los nuevos focos de gripe aviar en las aves y los posibles casos humanos que puedan estar relacionados con ellos". Nosotros estamos un poco alejados de las zonas de origen de estas cepas, pero la alerta de la OMS nos afecta a todos aquellos que nos dedicamos al control y vigilancia activa de la gripe en todas sus facetas. En un mundo globalizado la información sanitaria es esencial y se debe instar a la comunicación inmediata de cualquier cambio o tendencia en la gripe aviar y humana que se produzca en cualquier punto del planeta.

El regreso anunciado, o quizás esperado por algunos, de la nueva gripe aviar A (H7N9) no debería alarmarnos sino incrementar nuestra capacidad de atención hacia los fenómenos biológicos que ocurren en el mundo. Hay que recordar y no olvidar, hay que evocar los recuerdos del pasado, actualizarlos y prepararnos para su reencuentro.

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