Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Camilo José Cela Conde

Atractivo

La empresa EY, una organización privada que se dedica, de acuerdo con sus propias manifestaciones, a impulsar el crecimiento y fomentar...

La empresa EY, una organización privada que se dedica, de acuerdo con sus propias manifestaciones, a impulsar el crecimiento y fomentar la innovación, lleva a cabo iniciativas entre las que se encuentra la realización de una encuesta anual acerca de los países que más atraen a los inversores extranjeros. La prensa se ha hecho eco acerca del cuarto lugar que ocupa España entre todos los países europeos como imán para el capital. Es el mismo resultado que obtuvo un año atrás y, de hecho, idéntico al que nuestro país mantiene desde 2013. Sólo el Reino Unido, Alemania y Francia superan al reino de España en inversiones extranjeras y eso sucede en unos años en particular difíciles para los avatares tanto políticos como económicos. Hemos logrado mantener un incremento continuo.

El dinero pertenece a un mundo globalizado desde los tiempos en que Karl Marx realizó su trabajo acerca de las clases sociales y sus luchas particulares en el libro que se llamaba precisamente así, El capital. Por más que el presidente Trump se empeñe en lo contrario, esa volatilidad de los inversores, que no saben de naciones, de fronteras ni de muros, tiene su plaza en el mundo entero con excepciones minúsculas. Pero por ese mismo hecho la fugacidad de las inversiones es muy alta y depende de circunstancias que, en un ser humano, se nos antojarían propias de la histeria. Siempre me ha llamado la atención de que las cotizaciones del precio del petróleo hablen del mercado de futuros siendo como es éste, el futuro, impredecible. Pero incluso bajo ese panorama de incertidumbres, de miedos y de apuestas, los análisis de EY muestran que la Gran Bretaña tuvo un crecimiento respecto del atractivo de capitales de un 20% frente al 7% de España durante 2015. Dado que EY calcula las diferencias con un año de retraso, habrá que ver en qué medida influye el Brexit en el movimiento de los inversores cuando salga la encuesta del año que viene.

Los cataclismos a uno y otro lado del Atlántico, con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y la victoria de Trump en la sede misma del Imperio globalizado, convierten cualquier análisis del atractivo de los distintos países para la inversión de capital en un documento de interés no sólo económico; también político y casi antropológico. Cuando las cosas no salen como uno espera, son los dineros los que entran de inmediato en fase de pánico y huida ante los riesgos desconocidos. Quizá sea ése el mayor obstáculo con el que puede encontrarse el proceso independentista emprendido por el gobierno de la Generalitat, pese a que el inmovilismo desde Madrid sirva de abono para la causa del derecho a decidir. Al cabo, y para decepción de quienes creemos en el principio del contrato social, en un mundo que sólo se mantiene mientras crece es el capital el que decide acerca de nuestro bienestar presente y futuro.

Compartir el artículo

stats