Diario de Mallorca

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Llorenç Riera

La tala del abandono y el descontrol

Ala Mallorca enflaquecida por la presión urbanística y demográfica y por el menosprecio de la agricultura, le están llegando todas las pulgas de la debilidad. El robustecimiento turístico, con esta industria como nutriente prácticamente exclusivo, es insuficiente para mantener en buen estado las constantes vitales de un territorio, una sociedad y hasta una economía adicta a lo más fácil y rápido.

En Mallorca incluso la balearización se ha vuelto vegetal. Y muere por falta de savia o los efectos del exceso de herbicidas y la importación de todo bicho viviente. El paisaje está en peligro y detrás de él, todas sus dependencias. A la Mallorca enflaquecida le llegan las plagas antes que a la península de puertas continentales abiertas. El aislamiento geográfico no inmuniza. Del mismo modo que existen bacterias intrahospitalarias proliferan, por abandono de todo lo demás, las infecciones del monocultivo turístico. Aquí están.

Hace años que empezaron a surgir los primeros signos de alarma ante la detección de algunos casos de contaminación vegetal a través de la Xylella fastidiosa. Lo que ha ocurrido con el Picudo rojo de las palmeras puede volver a pasar con la nueva plaga, a mayor escala, porque afecta a un número superior y más variado de especies vegetales. Se han detectado once casos nuevos de Xylella fastidiosa que aparentan ser solo el exponente de una incubación muy superior. El conseller de Agricultura, Vicenç Vidal, se reunirá a partir de mañana con representantes de distintas administraciones y colectivos agrícolas para informar de los protocolos a seguir y valorar la situación. Sin embargo, las directrices de la Unión Europea son claras. Por cada árbol o planta afectada deben ser eliminadas todas las demás, susceptibles de ser contaminadas, en cien metros a la redonda. Vienen a ser tres hectáreas por cada caso, lo cual puede acabar con cientos de extensiones de frutales, almendros y otros árboles propios de la isla. Ya no hará falta que prohiban exportarlos. No quedarán ni para consumo doméstico.

De consumarse tal debacle será la tala y la transformación del paisaje de Mallorca. Habrá que remitirse a la postal para revivirlo. Sin fruta autóctona para comer, sin sombra para cobijarse, sin leña para calentarse y sin horizonte por admirar. Este es el diagnóstico. No nos engañemos. La Xylella fastidiosa ha venido aquí antes que a cualquier otro lugar de España porque sabe que en Mallorca nadie le molestará. Todo el mundo mira o está en la playa. Si fora vila siguiera cultivado y con los árboles desbrozados se lo hubiera pensado dos veces antes de seguir la ruta de los centroeuropeos que también aterrizan en la isla.

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