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Antonio Tarabini

Yo no estuve en Fitur

Este estrambótico título lo vengo utilizando desde el año 2002 para referirme, siempre en estas fechas, a la Feria Turística (Fitur) recién celebrada en Madrid. Yo no estuve en Fitur, pero es importante (más allá de los festejos y similares) conocer el estado de ánimo y previsiones de los diversos actores, públicos y privados, de la gestión del turismo en nuestra comunidad.

Reproduzco los titulares de cuatro medios de comunicación escritos que expresan el optimismo del sector con algunos interrogantes y riesgos abiertos. "Los hoteleros anuncian otra temporada alta con saturación turística en todas las islas". "Los hoteleros lo tienen todo vendido para una temporada 2017 en la que temen mayor saturación". "El Govern cerca a Fitur l'equilibri entre activitat turística i entorn fràgil". "Baleares espera otra temporada turística de récord en 2017". En sus contenidos anuncian una prolongación de la temporada; una subida de precios de más del 10%, con lo que la rentabilidad será máxima; la insistencia del Govern en consolidar un modelo económico que facilite más ocupación, de más calidad y más estable, así como una mayor cohesión social. Como queda patente, tenemos fortalezas y puntos fuertes relevantes, pero a su vez tenemos también nuestras propias debilidades y puntos débiles, que se concretan en asignaturas pendientes y sus consiguientes riesgos que deberíamos abordar, tanto la iniciativa pública y privada, con seriedad y con rigor.

Nuestra actividad turística básica, aunque prologuemos la temporada y estimulemos la demanda invernal, seguirá siendo fundamentalmente estacional (clima, naturaleza, playas?). Tal realidad, vista la demanda en plena temporada alta, conlleva, nos guste o no el término, el riesgo de saturación en los meses de ocupación intensiva. De hecho, durante el pasado mes de agosto la presión humana sobre nuestro territorio, limitado y frágil, provocó que nuestra población llegara hasta los dos millones (el doble de la población residente estable). ¡Va de retro! No propongo un numerus clausus, pero no podemos ni debemos dejar prestar atención a (como mínimo) una notable masificación insostenible (que nuestros turistas y visitantes comienzan a percibir, especialmente los repetidores) en puntos de especial interés, en determinadas infraestructuras, equipamientos y servicios. No tiene sentido, como algunos proponen, ampliar o crear nuevas infraestructuras y equipamientos en función del cupo máximo de turistas y visitantes cuyo uso intensivo se reduce a escasos meses y cuyo mantenimiento suele recaer sobre las arcas públicas. Pero hay más. En torno al 50% de nuestro PIB corresponde al turismo, pero su actividad no recae, ni recaerá por mucha promoción que se haga, en los doce meses. Ello conlleva una estructura económica, la organización del empleo, los criterios de rentabilidad y competitividad? muy "peculiares". No puede ofrecer empleo estable, y sigue la tendencia de contratos temporales y precarios. El número de parados registrados (los no registrados también existen) en el pasado mes de diciembre fue de casi 67.000 personas de carne y hueso.

Tal situación nos conduce a una doble realidad. De momento, la rentabilidad empresarial no está repercutiendo en una mejora proporcional en la rentabilidad social. Por otra parte, no es excesivo el interés en buscar y encontrar nuevas iniciativas económicas y empresariales cuya actividad no sea estacional. Se trata de apostar por la creación de clusters, léase un grupo de empresas que tienen características propias y que aprovechan las sinergias de su complementariedad. Algunas iniciativas existen en náutica, salud, audiovisual, alimentación y bebidas?.

Se me antoja de máximo interés la iniciativa del Ajuntament de Palma de convertir la ciudad en un destino relevante en el mercado invernal con criterios de diversificación y sostenibilidad, resaltando tres iniciativas de interés: la Fundació (público-privada) Turisme de Palma 365, cuyas iniciativas se ciñen a impulsar y promocionar actividades solo propias de temporada baja; la iniciativa Palma XXI (iniciativesxxi.com/palma-xxi), que pretende ser un grupo abierto "de pensamiento y no de acción", cuyo objetivo es "mejorar la ciudad antes de que sea tarde"; y habrá que esperar y confiar en los efectos desestacionalizadores del Palacio de Congresos de Palma. Riesgos, haberlos haylos. Podemos morir de éxito con la presencia masiva de cruceristas, que descienden a miles de las naves, con capacidad limitada de gasto (¡con todo incluido!), que abarrotan sobre todo nuestro centro histórico (catedral y entornos) con lo que corremos el riesgo de convertirlo en un parque temático. No quiero pasar por alto el riesgo de la excesiva proliferación de los denominados genéricamente "hoteles con encanto", en general productos de calidad con una notable demanda de visitantes de standing alto y medio alto. Pero todo lo excesivo empalaga. Entre poc i massa, la mesura passa.

No, no me he olvidado de las viviendas de alquiler turístico. Su regulación es necesaria, pero no es fácil. Concluyo invitándoles, hoy lunes día 23, a las 19 horas a una mesa redonda en el Club Diario de Mallorca, organizada por la Fundació Gadeso, titulada precisamente "El lloguer turistic: què es propasa? Pros i contres. Opinions de la ciutadania".

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