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Llorenç Riera

Audiencia a costa del lío del obispo

IB3 recreará en las pantallas de televisión detalles de la polémica relación entre el anterior obispo de Mallorca, Javier Salinas, y quien fuera su secretaria, Sonia Valenzuela. La tarea ha sido asignada a Marcos Cabotá

IB3 se está buscando a sí misma. La televisión autonómica conserva sus problemas de identidad que le mantienen más distante de lo aconsejable de la audiencia a la que se debe. Ha mejorado. IB3 avanza en informativos y resuelve bien el documental y el testimonio, pero sigue cojeando de lo lindo en lo que también debe ser uno de sus grandes puntales, el entretenimiento.

Ahora, para paliar esta carencia, la televisión autonómica, aparte de otras iniciativas ya conocidas y divulgadas por el propio ente, no ha tenido otra día que la de llevar a sus pantallas la recreación del embrollo montado por el exobispo de Mallorca, Javier Salinas y quien fuera su secretaria, Sonia Valenzuela. Cuando todavía no se ha esfumado la polvareda del caso que ha costado la mitra mallorquina a uno y el matrimonio a la otra, el asunto renace como fenómeno televisivo, con todos los costes y riesgos que ello supone y la poca gracia que debe hacer a los afectados, al obispado de Mallorca y a los feligreses que ya han padecido de sobra los devaneos de quien fuera su pastor ahora incorporado al pequeño pelotón de obispos auxiliares y eméritos que se cobijan bajo la extensa capa del cardenal Cañizares en Valencia.

Se nos plantean una serie de cuestiones. ¿Debe una televisión pública como IB3 adentrarse en un terreno tan resbaladizo como el de la dramatización o caricatura de una relación tan inusual como la de un obispo y su secretaria? Pues todo depende del modo y profesionalidad con que sea tratado. Admitamos que el tema es goloso desde el punto de vista del consumo televisivo, pero incómodo para una Iglesia de Mallorca que no ha atravesado sus mejores días y que ahora se dispone a coger aire con el impulso del efecto Taltavull. No es menos cierto, por otro lado, que las sociedades avanzadas y las confesiones consecuentes y maduras superan sus tropiezos y carencias con la capacidad de debatir y hasta reirse de sus propios males. IB3 tiene por tanto en sus manos una oportunidad, una herramienta aprovechable que, en función del modo en que sea usada, se volverá en su contra o contribuirá a normalizar su relación y su servicio a la sociedad balear.

La realización ha sido asignada a Marcos Cabotá, un director de solvencia reconocida que no contará para el caso con la colaboración de la Iglesia. La diócesis de Mallorca no esconde el enfado. Está al borde de la protesta formal. No es buen trago contemplar en la tele las andanzas de tu pastor descarriado ni las elucubraciones sobre las luchas de poder que puede haber en ello a cuenta de la propiedad del convento de las Jerónimas. Pero quizás esta es una penitencia que necesitamos cumplir y depurar todos.

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