Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

El Reclamo inversor del llenazo turístico

Mallorca y Eivissa acaparan ya la mitad de las inversiones turísticas de toda España. Pese al incremento de precios, sectores inmobiliarios y financieros siguen comprando hoteles. Se consigue mejor rentabilidad

Si Balears acumula ya tres temporadas con ocupación turística de récords crecientes, es fácil deducir que tal fenómeno se contempla como una excelente área de inversión. Es una impresión que aún se ve más reforzada por la escasa seguridad de otros mercados competidores, como el de Turquía, que ahora mismo no invita a aventuras económicas.

Efectivamente, los inversores tienen la mirada y la acción situada en Balears casi tanto que Mallorca y Eivissa ya acaparan la mitad de los movimientos inversores ligados al turismo de touroperadores, inmobiliarias y sociedades financieras.

La situación propicia por igual que los hoteleros de las islas vuelvan a centrarse en este archipiélago. Se apaga un tanto la obsesión por el Caribe, aquí ya se puede ganar lo mismo con las prácticas y las facilidades que hasta hace poco se consideraban exclusivas de otras latitudes más exóticas.

Pero nada resulta fortuito. Hay una obsesión por comprar hoteles en Mallorca y Eivissa a pesar de la escasa oferta existente y de que esta misma demanda dispara los precios. Inversores y touroperadores se quejan pero no cejan en su empeño. Ocurre así por el atractivo consecuente de haber sabido usar la crisis económica para pulir costes, aunque sea al precio de la precariedad laboral y de haber convertido las islas en un referente de gestión, en un ejemplo a seguir. Antes la facturación aumentaba más que el balance global, ahora ya no es así. Últimamente la inversión se recupera en periodos mucho más cortos debido en gran parte a la facilidad que han tenido muchos hoteles a la hora de incrementar precios. Lo han hecho en un 51% de media, que en el caso de los establecimientos de lujo se eleva hasta el 70%.

Pero si existe fiebre por comprar alojamientos y poco terreno disponible para levantarlos, no quedan más alternativas que la reconversión en espacio y altura. Es lo que han hecho la mayoría de cadenas de matriz mallorquina, especialmente en las zonas maduras como s'Arenal, con unas nuevas prácticas que vienen a desembocar en lo que Alberto Magro denomina rentabilidad caribeña en su amplia información de hoy: la posibilidad de construir o remodelar y explotar hoteles con unos costes muchos más baratos en relación a los de antes.

Esta dinámica y los límites de suelo disponible también ha hecho que florezcan los pequeños hoteles urbanos en lugares como Palma. En el centro de la ciudad ya se contabilizan 27 establecimientos de los denominados boutique y se habla de otros seis proyectos de las mismas características en marcha. El Banco de Sabadell, una de las entidades que más ha apostado por apoyar inversiones turísticas, admite que ha canalizado el 40% de ellas hacia Balears. Se sabe, por otro lado, que en los últimos cinco años se han destinado 660 millones a reconversiones o nuevas explotaciones hoteleras muy diversificadas y tendentes a la especialización. Ahora importa si el hotel es familiar o para adultos. Y su eficacia energética.

Compartir el artículo

stats