El día 21 de este mes y año leí en este Diario de Mallorca dos noticias por separado: una publicaba la afirmación del BBVA de que Balears era el líder del crecimiento económico en España y, por otra parte, que nuestra Comunidad tenía el salario medio más bajo de las autonomías de nuestro país.

Es cierto que las empresas tienden a obtener el máximo beneficio en su actividad, aunque también es cierto que sus asalariados como parte de ellas deben estar satisfechos de sus salarios para que las mismas funcionen adecuadamente. Yo puedo afirmar que, en mis 56 años de profesión, ninguno de mis empleados (secretarias, ayudantes, limpiadoras, etc) me han solicitado jamás un aumento de sueldo, pues yo siempre me he adelantado a subírselo según mediaban las circunstancias, para que estuvieran a gusto en mi despacho. Es cierto que, como ya he explicado en otros artículos, que algunas empresas hacen participar en una pequeña parte, en los beneficios con lo que obtienen una actividad en paz y entusiasta de los trabajadores que, en definitiva forman parte de las empresas, sin trabajadores no hay empresas. Pero éstas son muy pocas las que ponen en practica lo dicho.

Las dos noticias a que me he referido al principio son contradictorias. A más beneficio menos sueldo medio.

La culpa no es del gobierno autonómico o central, sino de los empresarios que cada vez procuran beneficiarse más y ahorrar para futuras inversiones. Así el ahorro en nuestra Comunidad tiene un carácter extraordinario.

En 2015 se llegó a la cifra de más de 22.000 millones de euros en el segundo trimestre, siendo, por tanto, la que había ahorrado más en nuestro país. Por tanto sería adecuado que se legislara en Balears en el sentido de establecer un sueldo mínimo de mil euros mensuales, aparte horas extraordinarias en cuantía proporcional al salario mínimo. Ello es posible si hemos de dar crédito al BBVA y con ello habría un mayor incremento en el consumo, al disponer la clase obrera de más efectivo. Es cierto que muchos trabajadores se querrán venir a trabajar a las islas, pero los empleos son los empleos, ni más ni menos.

Lo que no puede ser es que un trabajador, un obrero de nuestra Comunidad, vea difícil llegar a final de mes cubriendo sus necesidades básicas o que tenga que reducir la energía eléctrica.

Desde este artículo de opinión reivindico lo expuesto anteriormente.

* Exdecano del Colegio de Abogados de Balears (ICAIB)