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Fin de noviembre

Tres acontecimientos, cada uno a su escala, agitaron el estanque de nuestra vida patria la semana pasada. El primero, el súbito fallecimiento de doña Rita Barberá. O, por mejor decir, las reacciones tras el fallecimiento de la senadora del grupo independiente. Incluso, afinando más, dos reacciones concretas. De un lado, el que los diputados de Unidos Podemos se ausentaran del hemiciclo durante el minuto de silencio que se guardó al iniciar la sesión en el Congreso. De otro, las declaraciones del portavoz del Partido Popular, don Rafael Hernando, en las que calificó a los medios de comunicación -no sé si sólo a ellos- de "hienas" que habían acosado sin cesar a la finada. Ambas actitudes, curiosamente parecidas, reflejan lo mismo: la veda electoral sigue abierta. Sin pararse en consideraciones de carácter humano y, por ende, universal, los diputados de Unidos Podemos no vieron en el minuto de silencio una señal de respeto ante la muerte de alguien que estaba siendo investigado (por cierto, ¿qué fue de la presunción de inocencia?), sino una pomposa exaltación de la corrupción política... Y si no lo vieron así, al menos así intentaron venderlo. En cuanto a don Rafael Hernando, de dilatada trayectoria en el infortunio verbal, pronunció sus zoológicas palabras justo cuando miembros de su mismo partido en Valencia, y más próximos a la difunta, aseguraban que lo peor para ella había sido la soledad y el desvío de sus antiguos compañeros. El posterior y furtivo intento por quitar hierro a lo dicho no arregló nada. Lástima que ni el exabrupto de palabra ni el de obra nos cojan de sorpresa a estas alturas.

El segundo evento, apenas repuestos de Halloween's y su simpático Trick or Treat?, fue la inmensa muestra de papanatería que supone adoptar aquí en nuestros lares el nombre de Black Friday. Como muestra, un botón: en una emisora radiofónica de mi tierra natal se pasaron el jueves y el viernes últimos anunciando que los clientes de determinado centro comercial -al que llamaban shopping centre- disfrutarían de una shopping experience durante el Black Friday. La profusión de Black Fridays en todo tipo de establecimientos castizos del territorio hispano fue puro Celtiberia Show del llorado Luis Carandell. El remate: las imágenes de telediario dando cuenta del número de bajas humanas sufridas en Estados Unidos el alegre viernes de las compras con descuento. Super-cool la movida, ¿no les parece?

Para rematar, en esto se fue Fidel? y con su ausencia física llegó la avalancha mediática. Programaciones de radio y televisión fueron un tsunami que durante el fin de semana combinó conexiones en directo e imágenes de archivo con toques de Trump y Juan Pablo II para sazonar. En realidad, lo importante era cómo se gestionaba esa muerte, tarea que siempre corresponde a los vivos. Y pocas imágenes más expresivas que las eufóricas celebraciones funerarias de Miami. Ya saben: al final, sic transit gloria mundi.

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