Catalina Cladera se autopromociona bien. Se considera una consellera "valiente " y afortunada porque ha logrado confeccionar, sin demasiado rechazo de Podemos, un presupuesto de marcado signo social, "acelerador de las políticas de cambio" y que a la vez sea útil para "compensar los recortes del PP". Es más, la consellera aún aspira a que el ministro de Hacienda del Gobierno que se conformará este fin de semana, le condone 400 millones de deuda histórica. Justo pero poco factible tal cómo están las cosas. Serían un alivio para una Comunidad que aún mantiene una deuda de 8.000 millones, prácticamente el doble que el presupuesto para el año próximo, del que reserva 807 millones para aliviar cuentas con los bancos.
Es como si el Govern hubiera conseguido estructurar sus propias cuentas. Esta es la valentía que se atribuye de una forma un tanto exagerada Cladera por haber realizado el trabajo que le es propio. Arduo y complejo si se quiere, pero ni más ni menos que su estricta función y responsabilidad.
Habrá que reconocer en todo caso que sí son unos presupuestos diferentes en los que se percibe el marcado tono de compromiso social que se les imprime. Aunque la consellera, después de cuatro años de parón en este aspecto, habla de "recuperar el impulso inversor" está claro que la época de las grandes infraestructuras ha pasado a la historia. Ahora con electrificar el tren hasta Sa Pobla y Manacor hay suficiente, aunque no queda más remedio de reservar también una partida para el sostenimiento de recursos hídricos. En este último aspecto, la recaudación de la ecotasa deberá convertirse en alivio importante.
El Govern también ensaya la pirueta de incrementar la recaudación sin incorporar nuevos impuestos. A falta de los detalles que se puedan conocer el lunes cuando el Presupuesto llegue al Parlament, solo se observa una actualización al alza de los módulos de la ecotasa y los tributos de las apuestas deportivas que se fijan al 11% con la bonificación de un punto para los de los deportes que se consideran autonómicos.
El hecho es que el Govern ha acabado confeccionando para 2017 el Presupuesto más alto de Balears hasta alcanzar la cota de los 4.668 millones. De ellos, el 70% del gasto financiero, unos 2.704 millones, estarán destinados a Salud, Educación, Servicios Sociales, Cultura y Deporte.
En sentido práctico, esto se traduce en que en las escuelas habrá más profesorado, menos ratios y quizás no tantos barracones. El aumento de 15,2 millones en Servicios Sociales, en una partida total de 174, permitirá atender mejor la renta básica, las nóminas a la dependencia y afrontar las nuevas residencias geriátricas anunciadas. Las asignaciones a las políticas de empleo se llevan uno de los aumentos más significativos, el 37,3%, que le permiten alcanzar los 95,17 millones, mientras el Govern vuelve a hablar de la conveniencia de estimular a los sectores productivos.
