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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Faltan votantes de derechas

La cuestión demográfica clave no apunta al relevo generacional para sostener las pensiones de los jubilados, sino que plantea si habrá suficientes votantes de derechas para abastecer a la creciente oferta de partidos en dicha zona del enjambre político. España no necesita más trabajadores ni más emigrantes a secas, es imprescindible que además sean conservadores. Esta precaución se hace relevante a la hora de naturalizar al próximo paquistaní. La irrupción de Ciudadanos ya ocasionó algunas estrecheces, en una grey pastoreada antaño por el PP en régimen de monopolio. Ahora, el consejo de administración del PSOE tiene todo el derecho a invadir el mercado derechista, pero la concentración de siglas en este espacio genera una atmósfera irrespirable.

La proliferación de partidos de derechas equivale a multiplicar las pizzerías para obligar a la ciudadanía a comer pizzas. Sin embargo, los acontecimientos del pasado domingo demostraron que es más fácil arrastrar a todo un partido de la izquierda a la derecha, antes que hacer lo propio con un solo votante. Con el agravante de que la izquierda huérfana no muestra una voluntad decidida de apoyar en masa a Podemos.

Los tan cacareados barómetros del CIS certifican que la mayoría de la población se autodenomina de izquierdas, en una proporción de tres a uno frente a la derecha neta. Si se une este disparate en la alineación política a una oferta progresista cada vez más exigua, y a una saturación de marcas conservadoras, el país se sienta sobre una bomba demográfica. Las escuelas, las universidades e incluso los hospitales deben sumarse a la tarea de fabricar votantes conservadores, para equilibrar el actual exceso de oferta mediante una demanda satisfactoria. Por desgracia, el viraje ideológico es tan costoso como el tecnológico a partir de cierta edad. Los mayores de cincuenta años que han votado al PSOE desde que tienen uso de razón, miran a la derecha con la misma extrañeza que si fuera un iPhone. Son prácticamente irrecuperables. Se va a necesitar mucha pedagogía para conducir este país por los senderos marcados "imperativamente" por el comité federal socialista.

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