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Llorenç Riera

El Tenaz rechazo de Armengol a Rajoy

Los corrillos que se producen cada año en el Palacio Real de Madrid, en la recepción del 12 de octubre, tienen siempre interpretación y significado político. Esta vez, con un Gobierno en funciones dilatadas, un PSOE malherido y la amenaza de unas terceras elecciones generales en un horizonte próximo, la expectación era, sin duda, superior. Y justificada. Cualquier signo o movimiento podía resultar revelador.

Pocos podían imaginar a priori que uno de los movimientos más contundentes, hecho a conciencia o por lo menos de forma premeditada, estuviera protagonizado por la presidenta del Govern y secretaria general de ese PSIB que tan poco cuenta en los foros madrileños de decisión política.

Francina Armengol coincidió en la recepción real con el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, y aprovechó el encuentro para reiterarle su rechazo a investir a Mariano Rajoy con la abstención socialista. La misma Armengol ha divulgado este hecho a través de su cuenta de twitter.

La presidenta balear se muestra contundente. Manifiesta que ni siquiera la postura que pueda adoptar el comité federal le hará cambiar de opinión y reafirma su postura en el sentido de que, en todo caso, deben ser los militantes del partido quienes adopten la última decisión. Viene a decir que no se puede estrangular la democracia interna de los socialistas, la cual, en estos momentos, en su opinión, también se ve superada por el debate que han abierto sus compañeros en los medios informativos.

El "no es no" de Pedro Sánchez es hoy patrimonio, cuando menos testimonial, de Francina Armengol que con ello se aferra a las mismas tesis de Miquel Iceta. Ella y el secretario general del PSC personifican una tendencia ya muy minoritaria entre los socialistas, por lo menos a nivel de dirigentes -otra cosa es la militancia- en la que unas terceras elecciones serían un mal menor. Mientras, Javier Fernández, el presidente de la gestora, desliza que tiene la impresión de ser más comprendido dentro de su partido que fuera y Rajoy observa que, tal cómo están las cosas, lo único que le resulta rentable es el silencio.

¿Qué pretende Armengol? Es muy posible que, a la espera de tiempos mejores que no se adivinan próximos, pague el precio de la marginación en el seno de su partido para poder salvar el pacto de Govern en Balears. Con un PSOE que abre la puerta a la continuidad de Rajoy todo se volverá aún más difícil para los intereses y la estabilidad institucional y política de estas islas en las que Podemos ya superó en votos a los socialistas en las últimas elecciones. El desmarque de Armengol y su defensa de las tesis de izquierdas es también una medida preventiva para que Podemos no se vuelva más exigente y revise a diario la vigencia del Pacto.

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