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Las dos españas. El atlante

Antonio Machado publica en "Campos de Castilla" unos versos del siguiente tenor:

"Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza,

entre una España que muere y otra que bosteza.

Españolito que vienes al mundo te guarde Dios,

una de las dos Españas a de helarte el corazón."

Así estamos hoy, entre dos Españas igual que antaño, una buena y otra mala. La mía, por su puesto es la buena y la tuya la mala. Las dos son irreconciliables; así lo demuestra nuestra historia del Siglo XIX y XX. Republicanos y monárquicos, liberales y conservadores, de derechas y de izquierdas?, ambas excluyentes, y por tanto, ambas se profesan odio irreconciliable. Así fue hasta la muerte del general Franco en 1975.

Muerto el General, en España se produjo el milagro de la Transición. Las dos Españas se abrazaron y decidieron caminar juntas, una al lado de otra; haciendo el mismo camino y así se alumbró la Constitución del 78. Han sido cuarenta años de paz, progreso, concordia, recuperación de las libertades y democracia plena. Eso sí, con sus luces y sus sombras; pues no ha faltado el intento de golpe de Estado y los asesinatos indiscriminados perpetrados por etarras, segando la vida a casi mil compatriotas nuestros. También hemos conocido progreso económico y social, la incorporación plena en las instituciones europeas e internacionales y una descentralización política y administrativa sin precedentes, solo comparable a la de EEUU y Alemania. Hemos gozado de una monarquía moderna, abierta y totalmente comprometida con la defensa de nuestra Constitución y nuestra democracia; a la vez valedora de la unidad de todos los españoles y sus territorios.

Todo ello marchaba razonablemente bien hasta que en el Pacto del Tinell, todas las fuerzas políticas catalanas se conjuraron contra el Partido Popular y establecieron el llamado "cordón sanitario anti PP". Al Partido Popular se le niega legitimidad democrática y se le excluye de cualquier pacto, acuerdo o negociación política, tanto a nivel de Cataluña como en el ámbito nacional.

Por otra parte, a la llegada de Zapatero a la Secretaria General de PSOE, éste no sólo abrazo el acuerdo de exclusión al PP, si no que se convirtió en el gran valedor de la política diseñada por los partidos independentistas, incluido el Partido Socialista de Cataluña. Su compromiso llego hasta el punto de hipotecar la "Soberanía Nacional" de las Costes Generales con la lapidaria frase: "Voy aprobar el Estatuto que salga del Parlamento Catalán".

Y es así como renacen de nuevo las dos Españas, una buena y otra mala, según el bando de adscripción de cada uno de nosotros. Hay que reconocer que, como consecuencia del Pacto del Tinell, se ha impuesto una mal entendida autoridad moral por parte de la izquierda excluyente. Esto se ha visto reflejado en la resurrección del enfrentamiento civil de hace 80 años, a partir de la tendenciosa utilización de la mal llamada "Ley de Memoria Histórica". Es así como vuelven a surgir los enfrentamientos, las descalificaciones, las banderías, los odios atávicos, y la voladura del espíritu de la transición. Sí, desgraciadamente hemos vuelto a resucitar las dos Españas descritas por Machado. Y si no me creen, ahí va la muestra:

ATLANTE:

El 06 de febrero del 2014, el reputado periodista Andreu Manresa, publicaba en El País: "El Ayuntamiento de Mahón en la Isla de Menorca con mayoría absoluta del PP, ha abierto una polémica política e histórica al anunciar que alzara un monumento memorial a las setenta cinco víctimas de la Guerra Civil que murieron asesinados tras el asalto Buque Presión Atlante. Treinta y siete religiosos y treinta ocho civiles y militares, encarcelados, fueron fusilados en dos días por descontrolados republicados". Fin de la cita.

Dos años después de esta crónica, ni memoria, ni recuerdo, ni reconocimiento. Una vez más la hipocresía de la izquierda activista y la desmemoria de la sociedad en general y del PP en particular, no sea cosa que nos llamen fachas consolida la versión de que solo merecen reconocimiento y recuerdo los de un bando de la contienda civil, los del Frente Popular, claro está; mientras que los nacionales se lo tenían merecido, unos por golpistas otros por profesar la fe cristiana; justificando así las también atrocidades cometidas por los milicianos.

Así se reescribe la nefasta "Memoria Histórica" impulsada por el Sr. Zapatero, cuya consecuencia ha sido reabrir heridas del pasado. Lo que se ha conseguido, reitero, es hacer saltar por los aires lo que los padres de la Transición, desde Carillo a Fraga y de Suárez a Felipe, supieron superar, las dos Españas, con gran ejemplo de generosidad, de concordia y reconciliación. Por eso digo: "No más Atlantes, no más dos Españas".

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