Es bien conocido que en un sistema electoral proporcional severamente corregido mediante la ley d'Hondt, las bisagras tienen grandes dificultades para imponerse y sobrevivir porque sus diputados son muy "caros".
Veamos lo ocurrido con Ciudadanos este domingo: en Galicia, cada diputado del Partido Popular, que ganó las elecciones, le costó 16.504 electores; Ciudadanos logró el voto de 48.103 ciudadanos gallegos, y sin embargo no consiguió escaño alguno. En el País Vasco, cada escaño del Partido Nacionalista representó 13.713 adhesiones; Ciudadanos consiguió 21.362 votos y ningún escaño.
Así las cosas, era -y es- evidente que Ciudadanos, después de su gran éxito en las elecciones generales del 20 de diciembre -40 escaños- tenía como gran prioridad la reforma de la ley electoral general -la LOREG-, en el sentido de incrementar la proporcionalidad, lo que le facilitaría su supervivencia. No lo logró por razones bien conocidas y ya en las elecciones del 26J apenas consiguió 32 diputados. En las elecciones autonómicas gallegas y vascas, como se ha dicho, se quedó en blanco. Y sería arriesgado que concurriera con la misma ley electoral a unas terceras elecciones generales? después de que el PP se haya decidido a invocar abiertamente la doctrina del voto útil, que ha dado buenos resultados a Feijóo. Si C's no logra cambiar la ley electoral, su supervivencia será angustiosa en el inmediato futuro.