Los emprendedores empresariales no son un invento nuevo pensado para estimular la creatividad en tiempos de crisis. El sector turístico mallorquín tiene fama de haberse hecho a sí mismo. La mayoría de grandes cadenas hoteleras locales han nacido casi de la nada. De una pequeña pensión, dos hoteles o unos cuantos autobuses de línea. Estas han sido las semillas de unos entramados, casi siempre de origen familiar, que hoy están en la vanguardia internacional del sector turístico.
Pero no basta el aval de la experiencia adquirida. No es garantía de estabilidad consolidada. El futuro inmediato reclama grandes niveles de exigencia y conocimiento acordes con las nuevas tecnologías y los hábitos de comportamiento vacacional cada día más diversificados.
En contra de lo que parece lógico, la Escuela de Turismo de la UIB no está en la línea más avanzada de formación del sector. La docencia ligada al turismo tiene otros referentes de mejor nivel. En ellos hay que mirarse y en algunas iniciativas privadas paralelas o complementarias que van surgiendo.
Casi todos los líderes del sector turístico mallorquín figuran entre los patronos de la business school turística presentada ayer en Madrid, al amparo de IESE. Está concebida para ofrecer formación de posgrado especializada y capacitar a directivos. Tendrá ámbito internacional, con sedes en lugares como Nueva York y Hong Kong. También cuenta con el impulso de la Junípero Serra Foundation que la introduce en un programa de innovación a desarrollar en San Francisco & Silicon Valley.
Es una apuesta decidida y valiente que puede reportar notables avances y beneficios. Hay que ligarla a los procesos de expansión que desde hace años vienen manteniendo las principales cadenas hoteleras de Mallorca. Ayer mismo, el Grupo Barceló confirmó también su ambicioso plan de ampliaciones, tanto en negocio de viajes como en administración de hoteles. En 2017 aspira a lograr la gestión, aunque no la propiedad, de 150 establecimientos hoteleros de Estados Unidos. Todo ello va enlazado con la estructuración diversificada en marcas distintas según el segmento al que pertenezca cada hotel del grupo, dentro de los más de 300 que tienen intención de gestionar en todo el mundo.
Cuando se empieza a entrar en el epílogo de una temporada de ocupación rebosante, la verdad es que el sector turístico mallorquín mantiene muchos frentes abiertos. Casi todos pasan, invariablemente, por el debate de la limitación de plazas, por el alquiler vacacional regulado solo en parte y la ecotasa a la que ahora presentan pleito los hoteleros. También ayer, el vicepresidente del Govern, Biel Barceló, manifestó que el precio de la ecotasa es negociable, una cuestión que se puede debatir cada año en el Parlament cuando se afronten los presupuestos, pero que en apenas dos meses ha recaudada 32 millones y para el próximo año mantiene una estimación de 60.
