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Llorenç Riera

El trance de pasar de las ideas a los hechos

Hace tiempo que el Govern Armengol tiene definidas sus intenciones y la expresión teórica de su línea de actuación. Concretarla y llevarla a la práctica es otra cosa, una tarea inconexa y mucho más ardua, por lo menos en manos del Ejecutivo PSOE-Mes, reforzado, y en algún momento tambaleado, por Podemos, desde el exterior.

Es verdad que se ha cambiado el estilo de hacer política, como cuida de repetir la presidenta Armengol. Ayer lo volvió a reiterar en su primer debate sobre el estado de la Comunidad. La jefa del gabinete autonómico pudo comparecer ante un Parlament, que considera reforzado y respetado, con un catálogo de disposiciones legales de contenido eminentemente social. De hecho, ella misma se ocupó de resaltar que su primera etapa de gobierno ha sido la de la renta social básica, la del fondo de emergencia para los más desfavorecidos, la del reconocimiento de los derechos de toda condición sexual y la de la reducción de las listas de espera en la sanidad pública.

Siguiendo en esta línea, del discurso de la presidenta queda el mensaje del avance hacia un pacto contra la violencia de género y el anuncio de la recuperación de Son Dureta como centro sociosanitario, una vez que se ha constatado que Mallorca adolece de un gran déficit de instalaciones de esta índole. La recuperación del diálogo con la comunidad educativa es otro de los motivos de satisfacción de una Armengol que también anuncia un complejo plan de infraestructuras diversificadas y transversales en una Comunidad que sigue estando muy mal financiada.

Si la presidenta hubiera prescindido en su discurso del gran tema de actualidad, la saturación turística y los alquileres vacacionales, se la podría acusar de eludir la más estricta y evidente realidad. No lo hizo, pero pasó de puntillas sobre ella. De las palabras de Armengol quedan algunas expresiones genéricas y declaraciones de intenciones. Como tantas veces. La dificultad sigue estando en la falta de concreción y en el difícil trance de pasar a los hechos palpables. El PP aprovecha este punto para resaltar que el discurso de la presidenta no le aparta de la decepción y El Pi lo considera inconexo.

Por lo menos nos hemos percatado de que no se podrá alquilar todo lo disponible para uso turístico. El Govern se ha comprometido a regular el sector y reafirma su intención de hacerlo. En el tránsito habrá una norma provisional que intentará poner orden en lo que después los consells deben concretar desde el punto de vista urbanístico. La ley de la Vivienda también deberá asegurar usos residenciales y domésticos mínimos, evitando la escasez padecida este verano y desbloqueando reservas exageradas para el alquiler turístico. La presidenta rebaja la sensación de agobio a la condición de presión y la considera una debilidad del modelo turístico balear. Otro genérico.

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