Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Aclárese, señor Taltavull

Monseñor Sebastià Taltavull tiene fuste sesentayochista, renunció a la mirra por la mitra de la Conferencia Ultraepiscopal, ha de superar en independentismo...

Monseñor Sebastià Taltavull tiene fuste sesentayochista, renunció a la mirra por la mitra de la Conferencia Ultraepiscopal, ha de superar en independentismo a Oriol Junqueras para ascender a obispo auxiliar de Barcelona, y es un converso a la fe del Papa Francisco que colmaba su escrito de presentación como administrador episcopal de Mallorca. El menorquín llega en sustitución del decapitado Javier Salinas, con plenos poderes para disciplinar al patio de Monipodio de la Iglesia mallorquina. Arranca con nuestra simpatía, pero nos confunde al embarullarse en una algarabía de mensajes inconexos.

Sostiene Taltavull que la degradación de Salinas de titular a auxiliar "no es un castigo", lo cual es falso de patente. Añade que su predecesor "ha sufrido mucho", sin precisar que también "se ha divertido mucho", si nos guiamos por su apretada agenda nocturna. En fin, algo habrá hecho mal Salinas para que el Vaticano como tribunal y usted como verdugo le hayan propinado la proverbial patada. El semiobispo de Mallorca, porque no nos merecemos ni uno de entero o enterado, debe explicar por qué la grey católica se ha quedado estupefacta ante los usos del palacio episcopal. Hasta el punto de que el enviado papal ha de reconducir una crisis que no han creado los periodistas siempre dipsómanos, sino los pastores del rebaño.

Habrá que insistir en que el daño que Salinas ha infligido a la Iglesia no reside en sus amoríos de colegial. En su liviandad, ha demostrado que los prelados no solo sufren sino que también sucumben ante las mismas pulsiones fisiológicas que los paganos. Aceptar que la Santa Sede no puede tolerar este desafío, cuesta menos que encelarse con unos pobres periodistas que habrían doblegado al Vaticano de inspiración divina. De seguir por esta senda, el nuevo semiobispo acabará pareciéndose a una novela de Dan Brown. Aclárese, señor Taltavull, usted quiere decir demasiadas cosas. Roma condena a Salinas por normalizar una relación humana. En el trance, su predecesor lastró la imagen de Mallorca, de nuevo hazmerreír de las Españas. Con pedir perdón hubiera bastado.

Compartir el artículo

stats