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Llorenç Riera

Juez y fiscal pierden su ritmo acompasado

Edía en que el magistrado Castro y el fiscal Horrach perdieron la sintonía profesional compartida, la lucha contra el grueso de los casos de corrupción que han afectado a las instituciones y a la vida política de Balears durante tanto tiempo, quedó lesionada. Necesita un tiempo de rehabilitación en un marco, el de la práctica y la burocracia procesal, que no es el más adecuado, si se mide en términos de premura y agilidad. En esta situación permanecemos, por lo menos en lo que afecta a las abundantes piezas separadas del caso Palma Arena que siguen vivas.

Hay un antes y un después de la imputación de Cristina de Borbón por delito fiscal en el caso Nóos, en cuanto a las relaciones entre el juez Castro y el fiscal Horrach. El paso del instructor y el del representante del ministerio público no se han vuelto a acompasar. Nunca mantendrán ya el mismo ritmo. Sea por sobrecarga de trabajo, desavenencia manifiesta, premura de la jubilación del juez o apetencia de excedencia del fiscal, las cosas hoy son así y desembocan, otra vez, en la manifiesta lentitud genérica de la Justicia.

Jaume Matas está a la expectativa de esta situación porque cuatro piezas separadas del Palma Arena que le afectan de lleno están pendientes de la posición del fiscal y de algunas acusaciones particulares para poder pasar a la fase de juicio oral. La más antigua es la de la Ópera que permanece cerrada por el instructor desde marzo de 2015, pero detrás de ella también están ya conclusas la de la contratación irregular del primer diseñador del velódromo, la del fichaje, presuntamente irregular también, de los arquitectos García Ruiz y la de la campaña publicitaria del Campeonato Mundial de Ciclismo en Pista que se realizó en el Palma Arena en 2007. Matas está en todas ellas, aparte de otros imputados, como quien fuera director general de Deportes, Pepote Ballester, el exgerente del Ibatur, Raimundo Alabern, o el publicista Miguel Romero.

Castro ha requerido en terminos formales a Horrach para que emita sus pronunciamientos en todos estos casos o, de considerarlo oportuno, promueva la practica de nuevas diligencias procesales. El parón puede acabar siendo muy improductivo en una fase en la que tanto el juez como el fiscal han iniciado su respectiva cuenta atrás para la jubilación forzosa o para la excedencia voluntaria

En esta tesitura se ve envuelta ahora la desde hace mucho tiempo compleja situación procesal del expresident Matas mientras su defensa y la fiscal general del Estado se avienen en negar que, en contra de algunas informaciones, exista un pacto genérico para evitar que el también exministro vuelva a la cárcel. Se reconocen, en cambio, conversaciones en búsqueda de alguna conformidad puntual. Jaume Matas sigue siendo un imputado poliédrico, vinculado a muchos factores y a un largo implase que ahora la distancia entre juez y fiscal no alivia.

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