Diario de Mallorca

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El año que vivimos peligrosamente

Mes nuevo? y España, como siempre. O, al menos como los últimos nueve meses. Si aplicáramos este lapso temporal a otro parámetro, ya sabríamos qué carita tenía el bebé, pero, a día de hoy, nuestro particular "embarazo" político sólo nos ha permitido ver el parto de los montes de la fábula. En términos coloquiales, nada entre dos platos. Tras unas segundas elecciones generales (de resultado parecido a las primeras) y una segunda (y también fallida) intentona de formar gobierno, seguimos en la misma línea: el viejo resabio del bipartidismo polariza a los partidos en el más viejo aún "o conmigo o contra mí". Las imposibilidades viscerales no ya de llegar a un acuerdo, sino de sentarse siquiera a hablar, la pirotecnia verbal, los gestos y tonos que revelan más que las palabras (impagable el diputado y portavoz señor Hernando PP no confundir con Hernando PSOE en el "¿eh?" con que remató su advertencia al diputado señor Rivera)? y el partido de ping-pong, en suma, al que asistimos desde el año pasado van convirtiéndose en segunda naturaleza. La conciencia de provisionalidad pierde color y se hace costumbre. Niños nacidos bajo este gobierno en funciones apuntan ya los primeros dientecitos y casi dan sus primeros pasos.

Como la vida sigue sin demasiados sobresaltos pues seguro que los desastres naturales no tienen nada que ver con nuestra situación política, el personal no se preocupa en exceso. Por no haber novedades, hasta sigue creciendo el paro, a pesar de que, por lo visto, la campaña veraniega es de récord Guinness. Quizá un Gobierno ya establecido podría resolver el enigma de que vengan más millones de turistas en agosto y sólo en seis comunidades autónomas haya descendido el número de desempleados, pero un Gobierno en funciones? El Gobierno en funciones tiene un poder limitadísimo: apenas se ocupa de que el edificio del país no se desluzca mucho; simples tareas de mantenimiento. Entre ellas, claro está, presentar al exministro señor Soria, dimitido tras destaparse un feo asunto financiero, para un cargo espléndidamente remunerado en el Banco Mundial. Nada: fruslerías, chapa y pintura. Eso sí, la decisión se hizo saber justo dos minutos después de que la cámara de representantes negara su confianza al candidato a nuevo presidente del Gobierno, que da la casualidad de que es el presidente del Gobierno en funciones. Spain is different, decía el inmortal lema turístico. Nuestras ciudades quizá lo sean cada vez menos, pero algunas maneras políticas siguen manteniendo su inconfundible fet diferencial.

Ahora, otra dulce espera hasta las autonómicas gallegas y vascas. Aunque el refranero avisa: no hay dos sin tres y a la tercera va la vencida. Ante la posibilidad de unas nuevas elecciones en diciembre tengo el corazón partío: me encantaría que fueran el día 25 (por fin una novedad en el manido diorama de las navidades), pero ¿y el maravilloso bonus del 18, campaña electoral reducida a una semana?? Señor, cuánta tensión. Esto no es vida.

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