Si la serie comenzaba en Estrabón, con él acaba, cuando cuenta la afición de los indígenas del Norte, mientras beben y comen, al baile en rueda, al son de flautas. Durante el verano, esté uno donde esté, en el continente Norte siempre hay una fiesta en algún prado a no mucha distancia. Lo más notable de ellas, en contraste con las del continente de al lado, es que no se suele gastar a los animales bromas pesadas, del tipo tirarlos de la torre de la iglesia o acuchillarlos de variados modos. Es posible que esa poca afición a tomarla con los animales para divertirse, tan curiosa, proceda de la propia barbarie que el historiador griego atribuía a estos salvajes, y a su mayor cercanía cultural, por tanto, con las bestias. Las fiestas, en el continente Norte, son de muchas risas, ruido, jolgorio, baile y empujones, mientras se practica la religión, que como ya se ha dicho consiste en comer.
