Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

Mallorca se vende sola hasta en otoño

La isla seguirá llena en el mes de septiembre y mantiene un mayor nivel de ocupación que el habitual para octubre. Serán clientes con un poder adquisitivo superior a los de los meses centrales del verano

El agobio no se acabará con el mes de agosto. El periodo clásico y central de las vacaciones ya no es exclusivo. Solo las familias europeas dependientes del calendario escolar y los cierres industriales de descanso se mantienen a la fuerza atadas al núcleo duro del verano para ejercer de turistas con el inconveniente, desde el punto de vista del receptor, de limitar considerablemente su capacidad de gasto.

Septiembre es otra historia que va adquiriendo de forma progresiva mayor identidad y peso específico propio. Es la fase en la que llegan las parejas y los matrimonios, más relajados, con menos condicionantes y ataduras y lo que importa más todavía, una mayor capacidad de gasto. No solo en los establecimientos hoteleros en los que han sellado su reserva, sino también en los comercios y restaurantes de la oferta complementaria, que buena falta les hace después de tanto "todo incluido" estival.

Sin la presión del low cost, y con la clientela específica definida, no extraña por tanto que septiembre disponga de la etiqueta de mejor mes de la temporada turística. Y sigue progresando. Este año todavía será mejor, superará los buenos resultados de 2015. Así lo confirman los responsables de las principales zonas hoteleras de Mallorca y los indicadores de todos los portales de reserva. La ocupación del mes de septiembre superará el 90% y lo hará de forma abultada en su primera semana. Las previsiones confirmadas para el mes de octubre también son excelentes, con lo cual muchos establecimientos ya se han animado a permanecer abiertos hasta avanzado noviembre. Es como si la isla hubiera puesto a pleno rendimiento y con unos buenos resultados que saltan a la vista, su dispositivo automático de venta de plazas turísticas. Mallorca se vende sola, en el sentido integral del término, hasta en otoño, con lo cual la estacionalidad se diluye y no es un elemento preocupante en estos momentos. Es la inercia de la oportunidad y de las carencias de la competencia.

Permanece, en todo caso, una pugna soterrada a cuenta de las tarifas. Quienes han invertido en reformas han incrementado sus precios en un 6% de media. Eso es lo que se reconoce de forma oficial, pero en privado se puede llegar a admitir que algunos incrementos de precio rondan el 20%. También hay quien baja tarifa a cambio de mayor ocupación, pero otros se mantienen inamovibles por dignidad y prestigio. "Tenemos la sartén por el mando", indica un hotelero. Es lo que ocurre cuando la demanda se desborda. También por esa misma causa no se logra abortar la competencia del alquiler turístico ilegal y todavía carente de regulación suficiente.

Compartir el artículo

stats