Los nuevos aviones en los que usted vuela -como los de Airbus y Boeing- han sido diseñados con materiales compuestos, tales como plásticos reforzados con fibras de carbono. Se trata de materiales extremadamente ligeros y duraderos que reducen el peso del avión hasta un 20%, en comparación con los aviones de aluminio. Esta reducción del peso va ligada a un importante ahorro de combustible.
Investigadores aeroespaciales del MIT han añadido nanotubos de carbono -láminas de átomos de carbono enrolladas sobre sí mismas- para reforzar la adhesión entre las diferentes capas de los mencionados materiales compuestos. Sin aumentar de peso, los materiales resultantes son un 30% más resistentes, siendo capaces de soportar mayores impactos antes de fracturarse.
* Investigador. Premio Europeo de Divulgación Científica