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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Real rabieta de Podemos y Més

Por mucho que Podemos y Més se encelen, nunca serán tan duros con el Rey como Rajoy. La ausencia de algunos representantes de ambos partidos, porque Miquel Ensenyat encarnó la arraigada ambigüedad pesemera y Xelo Huertas también comparerció, no empeoró la recepción de La Almudaina. El único objetivo de la merendola es obligar a que Letizia purgue su aversión a Mallorca, por lo que puede hablarse de un acto benéfico. Aplaudo los gestos revolucionarios aunque provengan de la izquierda, pero rechazar una invitación a palacio en vez de tomarlo apenas sirve de rabieta. Hasta su seguro servidor se ha negado a participar en recepciones patrióticas en el Palacio Real, aun admitiendo que disponía de la excusa de mi cita inaplazable con el pedicuro.

Los rechazos deben ser proporcionados. El desplante de Podemos y Més a las tapas que prepara el monacal monarca, contrasta con el entusiasmo de ambos partidos al importar a precio de jamón serrano a un jefe de la Policía Local que es portada íntegra de La Razón. Los revolucionarios de salón no han modificado un ápice la estructura de Cort. No se les contrató para derrocar a la monarquía, sino para combatir la mafia del ruido a cuyas órdenes militan. La entrega de las terrazas se superpone a la nulidad absoluta de los agentes uniformados, esperemos que ahora sin cobrar.

Ni limpieza ni silencio. Podemos y Més no se postran ante Felipe VI porque tienen el espinazo dolorido de las reverencias ante los mafiosos que ensucian la ciudad. Que se sepa, no aprovecharon su ausencia de La Almudaina para liberar los alrededores del orín de un millón de perros. No todas las culpas recaen sobre Hila, a quien es injusto titular como el peor alcalde de Palma porque en realidad es el peor alcalde que nadie podría imaginar para cualquier ciudad. Procuro evitar a los votantes de Més y Podemos, pero dudo que apoyaran a ambos partidos emergentes para rehuir al Rey. La valentía consiste en aprovechar la mínima oportunidad para cantarle las cuarenta al monarca. El domingo no se rebelaron, sino que desperdiciaron otra oportunidad de rebelarse. Ayer lunes volvieron a trabajar a las órdenes de la mafia del ruido. Nada cambia.

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