Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

González vota Rajoy

Ocho de cada diez españoles no votaron a Rajoy hace un mes. En cambio, ocho de cada diez gurús exigen que Rajoy sea presidente de diez de cada...

Ocho de cada diez españoles no votaron a Rajoy hace un mes. En cambio, ocho de cada diez gurús exigen que Rajoy sea presidente de diez de cada diez españoles. Felipe González es el coportavoz junto a Marhuenda del movimiento intelectual "Casi todos somos Mariano", empeñado en que el único voto al alcance de la enmudecida mayoría silenciosa sea el de pobreza. El expresidente de un ejecutivo anegado en la corrupción declara desde Argentina que "si no es posible formar Gobierno, hay que dejar formar Gobierno". Finge referirse a 2016, pero este axioma es aplicable a 1996, cuando fue derrotado por Aznar en las urnas. El dinosaurio socialista exige a sus sucesores que se abstengan en la investidura. Sin embargo, las actas del Congreso demuestran que González votó en contra del PP que iba a sustituirle. En ningún momento se planteó facilitar el ascenso del aznarismo, evitándole el calvario con Jordi Pujol. Y nadie se lo reprochó al PSOE.

¿Qué ha cambiado en estos veinte años? González. Obliga a Pedro Sánchez a la humillación sino villanía que ni se planteó a sí mismo el fundador del PSOE moderno. De hecho, se hubiera carcajeado si alguien quisiera comprometerle a apoyar a un Aznar bastante superior a su heredero. Desde el hemisfero sur de su cerebro, el expresidente socialista aporta dos argumentos irrebatibles para entronizar a Rajoy. El primero, "que no lo merece". El segundo, que "no ha hecho nada" para mantenerse en la presidencia del Gobierno. Con estas cualidades, sorprende que el propio Felipe no rodee el Congreso o se encadene a los leones, hasta que se garantice la continuidad de su nuevo ídolo.

González no demanda ni una sola contrapartida a cambio de la entrega del PSOE. Nadie ignora que el pronunciamiento de "dejar formar Gobierno" obedece a motivaciones económicas antes que políticas, pero el felipista marianista compatibiliza su nueva fe con la denuncia de la "pérdida de calidad de los liderazgos". Siempre empeoran los demás. Todo ello sin menoscabar el derecho del expresidente socialista a votar al PP, aunque cuenta con la ventaja de que solo lo hace en la intimidad. Sánchez ha de retratarse.

Compartir el artículo

stats