Resulta prácticamente imposible contentar a todos porque las fuerzas son muy desiguales y los intereses casi contrapuestos pero, por lo menos, se logra un mínimo de satisfacción y establecer cierta paz en el sector. Hablamos de la muy desigual competencia entre el comercio minorista y las grandes superficies, a la que habría que sumar también la permanente demanda por parte del consumidor.
El actual Govern ha dicho siempre que su voluntad es la que actuar en beneficio del pequeño comercio, al tiempo que ha acusado al anterior Ejecutivo del PP de haber obrado primando a las grandes superficies. Ahora llega el momento de pasar de las palabras a los hechos. El instrumento disponible para hacerlo es la reforma de la ley balear del Comercio. De entrada ya queda claro que se actuará de forma superficial. No se abordan las verdaderas las cuestiones de fondo ni esa imposible pretensión de dotar de igualdad de oportunidades tanto a los autónomos como a las pequeñas y grandes superficies.
Pero, para empezar, el Ejecutivo por lo menos dispondrá de la afinidad de las patronales de Afedeco y Pimeco. Deberá lidiar en cambio con la oposición de una asociación de grandes superficies a la que no le gusta nada que le delimiten espacio y tiempo. Han prevalecido las tesis de Afedeco. Con ello se consigue que los actuales 16 días festivos de apertura comercial queden reducidos a 10. También queda patente por el momento que el centro de Palma, con las avenidas como perímetro de delimitación, podrá tener abierto sus tiendas todos los días del año. El epicentro comercial de Mallorca no se ve perjudicado, sino más bien beneficiado, por una regulación más estricta para las zonas de gran afluencia turística. Se mantendrá la autonomía municipal a la hora de definirlas y delimitarlas, pero estarán ligadas inexorablemente a usos más específicos de ocio, como el número de alojamientos disponibles en el área afectada. A la vista de los cambios experimentados en los últimos años, esta vía ofrece, por otro lado, mayor posibilidad de apertura comercial permanente.
A la patronal de grandes superficies no le satisfacen los cambios introducidos en cuanto a festivos. Aspiraban a mantener los 16 en vigor a cambio de renunciar a una nueva zona de expansión de sus establecimientos en Marratxí. La pugna por tanto permanecerá abierta, al tiempo que el sector minorista deberá actualizar también un convenio laboral que, tras el de hostelería, es el más importante de Balears, porque afecta a 40.000 trabajadores. Aspiran a un incremento salarial del 6% en tres años y a un mayor rigor en cuanto a complementos y horarios vinculados al turismo.
