Ahora Madrid es un colectivo que se definió como "candidatura ciudadana de unidad popular" y que estuvo formado por Podemos y otras organizaciones políticas y vecinales, con el objetivo de concurrir a las elecciones municipales del 2015 en Madrid. Dicho colectivo fue resultado de la convergencia de Ganemos Madrid una iniciativa ciudadana horizontal y asamblearia calcada de Guanyem Barcelona de Ada Colau y de Podemos. De las primarias celebradas en marzo de 2015 resultó la candidatura encabezada por la exjueza Manuela Carmena. En las elecciones municipales del 24 de mayo, Ahora Madrid obtuvo 20 concejales, por detrás del PP con 21. El PSOE obtuvo nueve concejales y C's, siete. Carmena se convirtió en alcaldesa con apoyo del PSOE, a pesar de que el PP (Esperanza Aguirre) ofreció la alcaldía a los socialistas.
Manuela Carmena posee un currículum personal progresista de innegable valor y es una venerable defensora de causas solidarias pero su papel al frente de la capital del Estado no ha sido bueno. Ha paralizado arbitrariamente el desarrollo urbano de la ciudad, desaprovechando oportunidades magníficas por razones ideológicas, lo que obviamente no ha contribuido a la salida de la crisis económica; no ha guardado la debida neutralidad en la conducción de los asuntos corrientes y ha generado conflictos evitables con la policía municipal, con la ley de memoria histórica, etc.; y también se ha embarcado en un extraño plan de gobernanza municipal que diverge de todo lo experimentado en este país durante la etapa democrática y que se ha pretendido implantar sin las debidas explicaciones, a quienes la sostienen al frente del ayuntamiento y a los propios ciudadanos.
El llamado "Programa de gobernanza comunitaria de la seguridad y la convivencia para el barrio de Embajadores", cuya autoría fue primero atribuida al ayuntamiento y después a la consultora Instituto de Innovación y Desarrollo Social (InNODS) que lo habría diseñado por la falta de medios municipales para ello, crea una estructura paralela al andamiaje institucional en las materias de seguridad (que depende de las policías nacional y municipal), servicios sociales (con sus escalones municipal y autonómico) y justicia (dependiente del poder judicial).
El programa, oscuro y complejo, se articula en barrios y distritos (escalón superior que agrupa varios barrios). Se crearía el "gestor de barrio", nombrado directamente por el Ayuntamiento, encargado de dinamizar la participación ciudadana, la convivencia y la colaboración entre servicios. El ayuntamiento asegura que esta figura ya existe en Holanda, pero el hecho de que sea nombrado arbitrariamente por la propia Corporación hace que recuerde también los comisariados políticos cubanos y otras instituciones venezolanas.
Bajo este gestor estarían los "círculos de custodia ciudadana", la "red comunitaria pública y privada" y el "consejo ciudadano"? Y bajo la responsabilidad de los 121 gestores de barrio de Madrid estarían los integrantes de la Unidad de Policía Comunitaria, formada por agentes voluntarios que ejercerían funciones de mediación? También se pretende crear "jurados vecinales", que conciliarían a víctimas y delincuentes y procurarían la "reinserción social" de estos?
Es patente que la invención de Carmena nos conduciría a una fórmula de convivencia utópica, muy compleja, y por supuesto alejada del modelo democrático occidental. Y la propuesta de una arcadia feliz como ésta no parece responder a una demanda social perceptible. De hecho, no ha gustado en absoluto a los demás grupos políticos del ayuntamiento capitalino: el PSOE ha votado en este caso con la oposición, con lo que la propuesta ha naufragado. Y con este naufragio, se aleja igualmente la posibilidad de que el PSOE entre en el gobierno municipal, como estaba previsto. El populismo municipal ha fracasado, al menos en Madrid, y todo indica que los tres partidos constitucionalistas coinciden en tal evidencia.
